El granadino Miguel Ángel Rivas consiguió alzarse ayer con el primer premio del XIV Certamen Nacional de Pintura al Aire Libre Villa de Nerva, dotado con 800 euros, en un concurso en el que predominaron los paisajes cromáticos que ofrece la zona: las minas, el río Tinto, los malacates, las escombreras de minerales, etcétera.

El segundo premio, dotado con 700 euros, fue para el sevillano, Miguel Ángel González. El premio Pintor Local, dotado con 450 euros, se lo quedó José Luis Pedrero, y el premio Popular, dotado con 200 euros, fue para Cristina Díaz.

Además de los premios mencionados, el jurado también otorgó cinco menciones honoríficas que recayeron en: Lola Romero, Joaquín Ramos, María Mercedes Orta, Pablo Díaz y Carlos Antón Martínez.

El concurso congregó ayer en la localidad minera a una treintena de artistas procedentes de diferentes puntos de la geografía andaluza, sobre todo de la parte occidental.

Al concurso pictórico nervense suelen acudir pintores de perfiles muy variado. Unos vienen acompañados por toda la familia, otros con amigos, y los menos prefieren asistir solos. La inmensa mayoría reconocen dedicarse a esta rama del arte de forma profesional tras haber pasado por la Facultad de Bellas Artes y son habituales en este tipo de certámenes.

Los estilos suelen ser muy variados y los participantes se atreven con todo tipo de formatos y técnicas. Los más atrevidos huyen de la pintura realista y prefieren las grandes dimensiones y la mezcla de diferentes técnicas, aunque el acrílico, por su rápido secado, es el denominador común.

La mayoría de los participantes, entre los que únicamente se encontraban tres pintores locales, optaron por los paisajes mineros. Muy pocos se atrevieron con interiores, zonas verdes, o edificios emblemáticos de la localidad, que puede presumir de ser cuna de grandes pintores, como Daniel Vázquez Díaz, y cuyo principal eslogan es Tierra de Artistas.

La pintura rápida es una modalidad pictórica basada en el plenairismo, es decir, se trata de pintura al aire libre, y se distingue de otros formatos por la exigencia de terminar la obra en una sola jornada, incluso en unas pocas horas, como es el caso del concurso nervense, que tiene una duración de entre cuatro y seis horas.

El resultado final permaneció expuesto en pleno centro de la localidad minera por espacio de unas horas hasta que la lluvia irrumpió.

Después se trasladó al museo Vázquez Díaz para deleite de los vecinos de la localidad, muy en particular, y visitantes, en general, que pudieron disfrutar tranquilamente de las obras presentadas a concurso.

En esta improvisada muestra colectiva, cuyas obras premiadas pasarán a formar parte de la pinacoteca nervense y podrán visitarse en el museo Vázquez Díaz hasta el 30 de junio, los participantes suelen vender, entre los coleccionistas locales, algunos de los trabajos que no merecen la consideración del jurado.