Paco León: “Hoy hay grandes intérpretes derribando la visión que teníamos de los géneros”

El actor andaluz estrena en los cines ‘Miss Carbón’, la historia de una joven trans, a la que da vida Lux Pascal, que desafió las convenciones para cumplir su sueño de trabajar en una mina de la Patagonia

Paco León y Lux Pascal en una escena de ‘Miss Carbón’, de Agustina Macri, uno de los estrenos de la semana.
Paco León y Lux Pascal en una escena de ‘Miss Carbón’, de Agustina Macri, uno de los estrenos de la semana. / D. S.

En la ciudad de Río Turbio, en la Patagonia, los habitantes se aferraban a una vieja leyenda para impedir la entrada de las mujeres a la mina, una prohibición que se acabaría suprimiendo gracias al tesón de la joven trans Carla Antonella Rodríguez, Carlita. Una peripecia que recrea Miss Carbón, la película de la argentina Agustina Macri que ha llegado a los cines españoles protagonizada por Lux Pascal y con el español Paco León en el personaje de un ingeniero contratado para supervisar el yacimiento. “Es muy interesante pensar cómo Carlita, con muy poca beligerancia, desde lo suave, desde lo inevitable de ser como es, ha conseguido muchísimas cosas”, reflexiona el actor sevillano. “Participar en esta película me dio la oportunidad de ir a Río Turbio y ver la dureza de ese sitio, de esa mina”, prosigue León, que en esta entrevista admite que “a mí me parecía incomprensible que alguien pudiese tener el sueño de ser minero, pero una mujer trans, en ese pueblo, no tenía muchas salidas más allá de la prostitución o la muerte. La mina era la alternativa más benévola”.

Pregunta.–Trabajó con Pedro Pascal en El insoportable peso de un talento descomunal y ahora lo hace con su hermana Lux Pascal. ¿Encuentra rasgos en común en los dos intérpretes?

Respuesta.–Sí, tienen los huesos, la fotogenia, esa barbilla, esa nariz... Y también son divertidos y sensibles. Se parecen, se nota que son hermanos. Lux, que se licenció en una escuela tan prestigiosa como Juilliard, representa a una generación nueva de intérpretes, con muchísima formación, y que está revolucionando la visión de género que teníamos hasta ahora. Como Cole Escola, el actor no binario que ganó el premio Tony el otro día por interpretar a una mujer. Es gente con mucha trayectoria y con mucho futuro. Esta es la primera película de Lux como protagonista, pero va a haber muchas más, estoy seguro.

P.–Carlita no habría podido pelear por su causa sin el apoyo de otras mujeres trans, que la salvaron en su momento... Miss Carbón habla de la importancia de encontrar una comunidad.

R.–En esta historia confluyen varias luchas. La lucha trans, en la que Carlita conoce el compañerismo, en el bar al que acude ella cuando está perdida y todas la acogen; y también está la lucha minera, en la que sus compañeros que eran reacios al principio acaban haciendo reivindicaciones sindicales con ella. Sólo las mujeres que trabajan en las oficinas de la mina le dan la espalda, lo que puede verse como una metáfora de lo triste que es cuando se separa la lucha feminista de la lucha trans. En mi opinión las mujeres trans han hecho mucho por el feminismo. Gracias a los logros de Carlita, ahora hay diez mujeres trabajando en la mina.

P.–Usted, como Carlita, tenía clara su vocación de niño...

R.–No sé qué pensaba yo entonces de qué era esto, pero la verdad es que nunca he querido hacer otra cosa. Podía tener siete años cuando Teresa Rabal me subió al escenario, en un espectáculo tipo Veo veo. Y recuerdo la adrenalina, el aplauso... El veneno, el veneno de esto, ahí ya me picó. Fue en el circo, no en un programa. En la televisión empezaría más tarde, cuando estudiaba en el Instituto Andaluz de Teatro y aparecí en una serie de Canal Sur con Manolo Zarzo e Imperio Argentina. Qué antigüedad todo [ríe].

P.–Hablemos de su personaje en Miss Carbón.

R.–Él es un mirlo blanco que trata bien a Carlita y que no se avergüenza de que la vean con ella, como sí les ocurre a otros hombres. Una mujer trans tiene muy difícil en un contexto como ese encontrar el amor, y él representa una promesa, una puerta que se abre...

P.–Últimamente se ha puesto a las órdenes de varias directoras, Lucía Alemany, Marina Seresesky, Agustina Macri...

R.–Y voy a decir algo: no creo que haya nada en común entre ellas. Según el cliché, habría que suponer una mayor delicadeza en sus maneras, pero me parece más maternal por ejemplo Alberto Utrera, el último director con el que he trabajado. Agustina es muy sutil, muy comedida, huye de obviedades, no le interesa forzar una lírica... Ha sido fácil y fluido el trabajo a su lado.

P.–Supongo que no podrá contar mucho de Aída y vuelta, un proyecto que usted dirige, pero he leído que está “aterrado con las expectativas”.

–Aterrado con las expectativas, pero también, con perdón, me limpio el culo con ellas. [Ríe] No se puede crear nada bueno desde el miedo. Creo que ha quedado un ejercicio de funambulismo interesante. No es la serie, cuando el público quiera verla la tiene en Amazon Prime. Esto es otra cosa, la cara oscura, la cara oculta, digamos, de Aída. Ya me ha dicho alguno: ‘Ay, Paco, no nos decepciones’. Y yo tuve que responderle: ‘Por supuesto que sí’. [Ríe de nuevo].

stats