A toda lira

Una ópera ambientada en la Guerra carlista

  • MASSENET: La Navarraise. Popp, Vanzo, Souzay, Sardinero, Sénéchal, Meloni. Coro de la Ópera ambrosiana y Orquesta sinfónica de Londres. Dirección: Antonio De Almeida. Sello “Sony classical”. 19075811262. Duración: 40 minutos 29 segundos

La Navarraise

La Navarraise

El sello “Sony Classical” acaba de reeditar una interpretación de la ópera La Navarraise de Jules Massenet, partitura en dos actos que se ambienta en Bilbao en 1874 durante la Guerra carlista. Partitura con libreto de Jules Claretie y Henri Cain que se basa en un relato breve de Claretie titulado La cigarette, de 1890. Cuenta con los personajes Anita (La Navarra), Araquil (sargento del regimiento de Vizcaya), Garrido, Remigio (padre de Araquil), Ramón (capitán del regimiento vizcaíno), Bustamante y un coro diverso que incluye mujeres vascas, oficiales, soldados heridos, campesinos, un médico y un capellán. La ópera se estrenó en el Covent Garden de Londres en 1894 y tuvo en el papel protagonista a Emma Calvé.

Se narra la historia de una chica de origen humilde procedente de Navarra que se ha enamorado de un soldado, Araquil. Su padre, Remigio, desaprueba esa unión excepto si paga dos mil duros. Por ese precio Anita matará al personaje Zucárraga. Cuando Anita se adentra en territorio enemigo, Ramón piensa que ella es una espía. Finalmente Anita asesina a Zucárraga y obtiene su recompensa, sin embargo, le piden que jure no decírselo a nadie. Araquil resulta herido de muerte, y empiezan a sonar unas campanas a lo lejos. Anita se paraliza de miedo junto a un Araquil agonizante. La protagonista, con la idea de suicidarse, desiste al ver una estatua de la Virgen. Araquil muere y Anita se desmaya abatida por la histeria.

En esta grabación a Anita la encarna Lucia Popp, cuyo dulce timbre y desahogada técnica nos adentran en una música que gana con su fluida dicción francesa, sobre todo en los recitativos. Alain Vanzo hace de Araquil, tenor óptimo que resuelve eficazmente su papel y que alcanza la cumbre en su O bien aimée, pourquoi n ´est  pas-là, con agudos perfectos y piani flotantes. Ambos logran en sus intervenciones conjuntas lo más emocionante del disco. Notable la prestación de Vicente Sardinero caracterizando a Garrido con un registro baritonal expresivo. Claude Meloni (Bustamante) brinda hermosos graves para el final del primer acto. El resto del reparto se defiende bien, asumiendo cada uno la importancia que tiene en la trama. La orquesta cautiva desde el Preludio, que tiene el aire característico de las óperas decimonónicas, y es brillante poniendo fondo a la escena de los soldados; hacia la mitad del primer acto las violas recuerdan las sinfonías tardorrománticas y el Nocturno pone al descubierto la excelencia de las familias instrumentales.

Antonio De Almeida dirige esta partitura calibrando muy bien la entrega de los personajes junto al acompañamiento de la orquesta. En las óperas de este periodo es vital suscitar en el oyente un abanico de estados de ánimo: el gozo, la intriga, el valor y la desesperación hallan en su batuta la influencia determinante para una versión de referencia.

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