Un mundo donde todo está en venta

"Algunas escenas de este espectáculo pueden herir la sensibilidad del público", avisan los responsables del Teatro Central sobre Orgy of Tolerance (Orgía de tolerancia), el montaje del belga Jan Fabre que se representa hoy y mañana en el espacio escénico sevillano. El polifacético creador denuncia la voracidad con la que los ciudadanos se entregan al consumo y configura su retrato de esos grotescos derroches de la sociedad actual con materiales no aptos para todos los públicos. En la bacanal consumista que disponen Fabre y su compañía, Troubleyn, las mujeres embarazadas paren productos del supermercado, un hombre utiliza un rifle para penetrarse a sí mismo, y torturan a otro individuo metiéndole el pene en los radios de una bicicleta: todo es posible en un festival del exceso en el que las masturbaciones se suceden con furia y los consoladores forman una parte vistosa de la trama.

Pese al impacto que estas escenas pueden causar en la retina de los espectadores, los intérpretes no consideran que ésta sea "en absoluto" la propuesta "más provocadora" que ha elaborado Fabre en su trayectoria. "No es demasiado controvertida. Es una representación de la sociedad, de lo que vivimos todos los días. Con esta performance, lo único que queremos hacer es documentar la realidad", aseguraban ayer los actores del espectáculo después de llegar a Sevilla. El reparto ha viajado sin el director: Fabre sólo podrá asistir al Teatro Central mañana, debido a que una exposición que organiza estos días en Palermo le impedirá asistir a la función de hoy.

Los componentes de la formación reconocieron estar "completamente involucrados" con el proyecto, creado conjuntamente entre el director y la compañía tomando el humor irreverente de los Monty Python como inspiración para la sátira. "Siempre es duro representar cualquier obra sobre un escenario, pero si tu mente está comprometida con algo, tu cuerpo te sigue", afirma Cédric Charron, uno de los artistas de Orgía de la tolerancia, sobre la implicación emocional del grupo en la obra. "Se puede decir, sobre la manera en que trabajamos junto a Fabre, que nosotros somos cómplices del delito", bromea el actor.

Para Manuel Llanes, director artístico del Central, Fabre es "una de las personalidades más completas de la escena europea", un "autor con firma" al que "nadie" puede suplantar y que con su Orgía de la tolerancia "demuestra que sigue estando en plena forma". Quienes no hayan visto anteriormente ninguna muestra del talento escénico de este creador encontrarán aquí "una síntesis fabriana" que reúne la diversidad de lenguajes que maneja el belga, "con instalaciones, coreografías, texto y dirección de actores", apunta Llanes, para quien Orgía de la tolerancia es "uno de los mejores espectáculos que se han hecho en los últimos años". Su paso por el Central tiene, además, un valor añadido: a final de año, el montaje -reconocido por la crítica francesa como el mejor de la temporada anterior- dejará de programarse para que su equipo de creadores se entregue a nuevas exploraciones de una sociedad en decadencia.