Días de comics

El mejor amigo del hombre

  • Bill y Bolita (1959), de Maurice Rosy y Jean Roba, es una serie de historietas donde un niño de siete años interactúa con un perro de raza cocker, que tiene el pelo marrón anaranjado

Una de las portadas de las aventuras de Bill y Bolita.

Una de las portadas de las aventuras de Bill y Bolita.

Se suele decir que el perro es el mejor amigo del hombre. Esta afirmación viene dada por su inquebrantable lealtad y sus infinitas cualidades como animal de compañía; pero también porque los canes son muy útiles históricamente en labores de trabajo, rescate o investigación policial.

Precisamente sobre la amistad entre un niño y su perro trata el cómic más famoso de Jean Roba, un creador de historietas nacido el 28 de julio de 1930 en Schaerbeek, en la región de Bruselas-capital, en Bélgica, y fallecido también en Bruselas el 14 de junio de 2006. Fue un gran apasionado del dibujo desde que era muy pequeño, aunque el oficio de historietista profesional le estuvo esquivando durante mucho tiempo, pasando primero por otros empleos como el de aprendiz de grabador, fotógrafo, fotograbador y jefe de estudio en una agencia de publicidad. La espinita de querer ser historietista no se la sacó hasta que conoció a Maurice Rosy, quien fuera en ese momento el director artístico de la revista Spirou.

Rosy, mientras dirige el estudio de dibujo de Ediciones Dupuis, elabora guiones. Rosy recibe a Roba y ve en él un potencial que ignoran tanto Charles Dupuis, el jefe, como Yvan Delporte, otro de los encargados de encontrar nuevos talentos. Gracias a Rosy, Roba mete la cabeza en la editorial, y Franquin se fija en él.

Franquin, saturado de trabajo, le propone a Roba colaborar en tres aventuras de Spirou y Fantasio que le ha encargado el periódico Le Parisien Liberé. El dibujante sigue teniendo esperanzas de contar con su propia serie, una que protagonicen las dos criaturas que cuela en el fondo de una viñeta de Spirou: un niño y su perro cocker. Rosy vence las reticencias de Dupuis colando una página sin firmar en una maqueta de la revista. Esta triquiñuela convence al mandamás de la revista para que apruebe una historieta titulada Bolita contra los minitiburones con guion de Maurice Rosy y dibujos de Jean Roba.

Teleserie de dibujos animados de 2016. Teleserie de dibujos animados de 2016.

Teleserie de dibujos animados de 2016.

Roba prefiere ocuparse en solitario de Bill y Bolita, que así se llama la serie. Bolita era un apodo que el propio historietista Roba daba a su hijo Phillipe. Las historias son de una sola página, a modo de gag. Dupuis aprueba su iniciativa, aunque vaticina que no pasará del gag número cincuenta. Fueron 1.149 páginas de Bill y Bolita. Pero algo bonito, al fin y al cabo, pues estos personajes se convirtieron en auténticos iconos de la revista Spirou, disfrutaron de muchos álbumes recopilando sus páginas y de gran variedad de merchandising, además de varias series de televisión e incluso una película.

Bill y Bolita, con excepción de algunas pocas historietas de mayor longitud, cuenta siempre un gag por página en el que un niño interactúa con un perro de raza cocker, de pelo marrón anaranjado. Viven en una zona residencial junto a papá y mamá, siendo ella la sufrida esposa de ese papá torpe que está siempre en el punto de mira de su jefe. Bill, el perro, es un animal muy inteligente, que se expresa al lector con sus bocadillos de pensamiento. Bolita es un buen hijo, aunque a veces haga trastadas. No falta el policía bonachón, la gruñona vecina dueña de un gato, enemigo de Bill, los jóvenes amigos de Bolita...

La ciudad, el campo, el interior del hogar e incluso la playa… ¡En todas partes se lo pasan bien Bill y Bolita! Vemos un par de guiños a Franquin, como la página en la que Bill se disfraza de Marsupilami, o cuando los amigos junto a papá se divierten con el tiro al blanco, justo igual que en la viñeta cameo de Spirou. En la cabecera de casi todos los gags aparece una frase lapidaria y el autor de la misma, junto a una pequeña ilustración en blanco y negro. En la parte inferior, se puede leer el título de cada historia.

Hay todo tipo de gags: en algunos el centro de atención es el padre pero en la mayoría es Bill quién ha de hacerse comprender por la familia. Bill ladra al cartero, roba al carnicero, llora cuando le regañan y se enfada cuando no consigue sus objetivos. Siempre estará Bolita de su lado para darle cariño. El trazo exquisito de Jean Roba nos ofrece unas ilustraciones de una gran calidad, que construyen una narración muy precisa y amena. Si al placer contemplativo le añadimos la diversión a raudales, estamos ante una de las joyas del noveno arte.

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