Una matanza con sabor a libertad

Internos de la cárcel participan en Villablanca en el tradicional sacrificio del cerdo

Distintos momentos de la tradicional matanza del cerdo y degustación del guiso de carne.
T. Lojo

13 de diciembre 2013 - 05:00

En el marco del programa Descubriendo Huelva, siete internos del centro penitenciario, acompañados por tres educadores, se trasladaron hasta Villablanca para participar en la tradicional matanza del cerdo, una salida con carácter formativo en la que este grupo de reclusos, que trabaja en la cocina de la prisión -han realizado cursos de cocina y manipulación de alimentos-, amplió sus conocimientos.

Fueron recibidos en el Ayuntamiento por el alcalde, José Manuel Zamora, que les acompañó hasta una finca particular, la de Pepa y Ángel, donde compartió con ellos la experiencia. La visita fue promovida por el Consistorio, que aportó para la matanza un ejemplar de 105 kilos, parte del cual sirvió de almuerzo para los asistentes, que prepararon una cachola, el típico guiso con carne.

Cuando los internos de la prisión provincial llegaron a la finca ya se había sacrificado el cochino. Dirigidos por el matarife, Manolo, el carnicero del pueblo, los reclusos participaron en las distintas fases de la matanza, tras obtener el visto bueno del veterinario. Procedieron al chamuscado del cerdo y la limpieza del mismo, para a continuación abrirlo en canal. Se le retiraron las tripas, que se reservaron para los chorizos, y se inició el despiece.

El carnicero les fue explicando a los internos de dónde se sacan cada una de las piezas (solomillo, secreto, pluma, costillas, lagarto...), una clase magistral en la que los reclusos no perdieron detalle. Tras las nociones teóricas todos se pusieron manos a la obra, unos cortaron la carne a la que le fueron quitando la grasa, otros hicieron manteca, limpiaron las tripas o realizaron el aliño para los chorizos.

Fue una jornada intensa, en torno a una tradición ancestral, marcada por la convivencia. Se siguieron todos los pasos de la matanza, con excepción de los relacionados con el salazón. "Pasamos un día bonito", comentó Elena Pérez, una de las educadoras, que señaló que los productos obtenidos se destinarán a un fin solidario.

Fue la primera vez que estos reclusos participaron en una matanza, sólo uno de ellos tenía algunas nociones por haberlo visto con anterioridad.

Después de la comida se pusieron a elaborar los chorizos, completando de esta manera las distintas fases del proceso. Fue una experiencia inolvidable para todos ellos.

Mañana otro grupo de internos de la prisión provincial realizará una salida. En esta ocasión al Puerto de Huelva. Gracias a la colaboración de la Autoridad Portuaria harán un recorrido en una embarcación por la ría, tras el cual se dirigirán a Bellavista, donde almorzarán en la casa del capellán del centro penitenciario onubense, culminando la jornada con una visita al Belén Viviente de Corrales.

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