La mansión siniestra

Crítica cine

La mansión siniestra
Vicente Quiroga

28 de enero 2010 - 05:00

La herencia Valdemar. CineBox Aqualon Puerto Huelva.- T.O.: 'La herencia Valdemar'.- Producción: Estados Unidos, 2009.- Duración: 100 minutos.- Dirección y guión: José Luis Alemán.- Fotografía: David Azcano.- Música: Arnau Bataller.- Montaje: Frank Gutiérrez.- Intérpretes: Daniele Liotti, Óscar Jaenada, Laia Marull, Eusebio Poncela, Silvia Abascal, Rodolfo Sancho, Ana Risueño, Luis Zahera, Paco Maestre, Ana Bullón, Norma Ruiz, Paul Naschy.

Aparición póstuma de Paul Naschy, inefable intérprete y artífice de una buena parte del cine de terror que en los últimos tiempos realizó el cine español, escasamente pródigo en este género. Él fue el inefable licántropo, el hombre-lobo de algunas realizaciones en las que su mejor voluntad superaba a su propio talento. Le vemos aquí, más fugazmente, en una historia terrorífica que nos devuelve a la tradición de las grandes mansiones misteriosas y siniestras, de las que hay una larga referencia en el cine. Aunque aquí el propio director asegura inspirarse en los relatos de Howard Phillips Lovecraft, el escritor norteamericano profundo innovador del género terrorífico y concretamente de su libro Necronomicón, así como en el escritor ocultista Aleister Crwoley, yo no eludiría la cita de Edgar Alan Poe y una de sus obras de cabecera, El hundimiento de la casa Usher, que llevaran al cine nada menos que tres directores: Jean Epstein en 1928, Roger Corman en 1960 y Jesús Franco en 1982.

La herencia Valdemar, de cuya historia es autor el propio director, José Luis Alemán, nos presenta a Luisa Lorente, una experta en la tasación de mansiones antiguas que llega a la residencia Valdemar para cumplir uno de sus trabajos habituales. Sin embargo, al arribar al viejo edificio desaparece sin dejar rastro alguno. Su jefe ante tan misterioso hecho contrata los servicios de un detective, Nicolás Tremel, que indagará sobre el pasado de la mansión, sus antiguos moradores y otras extrañas desapariciones. Descubrirá así la leyenda de Valdemar, según la cual el matrimonio compuesto por Lázaro y Leonor Valdemar, sufrió una tragedia que se relacionaba con ciertos extraños fenómenos, en la práctica del Rito de Dunwich, ocurridos un siglo atrás en la casa pero cuyas consecuencias parecen seguir en vigor.

Esta película constituirá un tríptico -ese es el proyecto inicial-, ya que el debutante realizador, José Luis Alemán, ha acometido junto al rodaje de ésta, otro film, aún sin título, a estrenar después del próximo verano. Esta parte inicial, además de todo un reto, es un empeño notable en el ámbito de la producción del cine español actual, lo cual le honra para ser su opera prima. Vemos aquí la primera parte que se remonta a otro tiempo en el que transcurre la vida del joven matrimonio, cuya evidencia romántica proporciona el mayor dramatismo a la historia, llena de esos componentes entre terroríficos y ocultistas, con la presencia de tres figuras literarias claves en esta narrativa como son, Lovecraft, Alesteir Crowley y el novelista Bram Stoker, el creador de Drácula, donde se conjuga la transcripción de ese espíritu de los relatos del autor que inspira esta historia, en el que el realizador ha puesto sus máximas intenciones y que, indudablemente, son los que llaman la atención de los aficionados a este tipo de cine de notables reminiscencias literarias en el género.

Por ello insisto en que, por encima de la propia entidad de la película, hay que destacar el empeño del director, José Luis Alemán, en sacar adelante una producción ambiciosa, a la que únicamente pueda achacársele que alargue demasiado los episodios actuales - con diálogos de denso contenido literario -, restándole espacio y tiempo a los retrospectivos que son los de mayor intensidad narrativa y más de acuerdo con la esencia de la historia en general. En el trabajo interpretativo son más eficaces actores de mayor experiencia como Oscar Jaeneda, Laia Marull, Paco Maestre y Eusebio Poncela, que el resto de los reparto. De todas formas es un relato abierto que resolverá en esa segunda parte el misterio de "La herencia Valdemar", cuya presencia en las pantallas resulta interesante.

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