Cultura

Del libro a la pantalla

Siempre dijimos que el cine le debe mucho a la literatura. Recuerden o simplemente vean ustedes por curiosidad cuantas películas se basan en más o menos famosas novelas. Escribir sobre el cine y la literatura cuando las estadísticas nos dicen que aquí se lee cada día menos, puede parecer para muchos extemporáneo o pretencioso. Y sin embargo el cine y la literatura siempre han mantenido una dicotomía muy recurrente. Decía Federico Fellini, que el cine español tiene grandes posibilidades cinematográficas porque nuestra literatura le brinda temas apasionantes para adaptarlos a la pantalla. No siempre fue así y en muchas ocasiones grandes obras literarias del rico acervo español se vieron ignoradas, malogradas o fallidas en su trasunto cinematográfico. Bien es verdad que muchas veces, cuando hemos visto una película basada en una novela, pensamos que ésta nos gustó bastante más. Es una pregunta que se han hecho muchos en infinidad de ocasiones: "¿Es mejor el libro o la película?"

Nos hacemos esta pregunta una vez más cuando tenemos en nuestras pantallas -al menos cuando compongo estas líneas- una novela de gran predicamento actual convertida en película. No es otra que Millennium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres. Está basada, como es sabido, en la primera novela de la trilogía escrita por el autor sueco Stieg Larsson. Fue el fenómeno cultural y sociológico más significativo en los últimos tiempos en Suecia y de estas novelas se han vendido más de doce millones seiscientos mil ejemplares en todo el mundo, como consignábamos en nuestra crítica publicada en esta sección el pasado viernes, día 10. No volveríamos a ello si no fuera por referirnos una vez más a la incidencia literaria en el cine, que suele ser especialmente reveladora cuando se trata de un "best seller" como éste. En ocasiones novela y película se retroalimentan de cara al público. Unos ven el film porque han leído el libro y otros leen el libro porque han visto la película.

Además en este caso el estreno de Millennium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres, que aquí se ha limitado a locales de la provincia y no de la capital, ha coincidido con el efecto mediático de la muerte del autor -ocurrida poco después de terminar la novela- y un lanzamiento publicitario que incide especialmente en los aspectos más morbosamente atractivos para una mayoría de espectadores, como antes lo fueron para ciertos lectores, una intriga a modo de "thriller", asesinatos, rivalidades familiares, corrupción política, abusos de poder, sexo en grado de depravación y la lógica incertidumbre de una trama de consecuencias imprevisibles.

Todo ello realzado por unos personajes -entre los que destaca Lisbeth Salander, felizmente interpretada por Noomi Rapace- que se alejan de los modelos clásicos del cine negro y cuyas actitudes y perfiles coinciden en buena parte con el afán del director Niels Arden Oplev por definir su película con un lenguaje muy personal, una estética nada convencional a la hora de exponer una puesta en escena con convicción para narrar los inquietantes misterios de la familia protagonista. Es cierto que el relato no arranca de manera muy original cuando el anciano tío Henrik, encarga a un periodista de dudosa reputación, Mikael Blomkvist, que investigue el paradero de su sobrina, Harriet, desaparecida cuarenta años antes. Pero es la forma de articular lo que para algunos podría considerarse una especie de culebrón televisivo, lo que salva algunos aspectos más planos del argumento original.

No obstante atrae ese elemento denunciador que adorna la intriga y esa combinación artera de personajes y acontecimientos que a lo largo de dos horas y media - que es un tiempo excesivo sin duda-, pueden apasionar a muchos espectadores amantes de este tipo de dramas llenos de incertidumbre, con esos rincones oscuros de una poderosa familia, sus sospechosos secretos, sus intrigas y presuntos escándalos. Son particularmente atractivos la "hacker" informática llamada Lisbeth Sanders, con grandes cualidades y memoria fotográfica, que, como decíamos, ha interpretado muy bien Noomi Rapace, cuyo protagonismo va creciendo a medida que avanza la película, y Mikael Blomkvist, el periodista que trabaja en Millennium, revista especializada en revelar escándalos, que también interpreta eficazmente Michael Nyqvist. En suma un suceso editorial que lleva un libro de éxito a la pantalla, con el que su autor, Stieg Larsson, triunfa después de morir.

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