Cultura

Un leopardo en Piazza Grande

  • El certamen de Locarno concentra la atención cinéfila estival con su atractiva programación · Albert Serra y José Luis Guerín representan a la producción española

Entre la vorágine y los flashes de Cannes y Venecia, el Festival de cine de Locarno (Suiza) emerge como una auténtica isla veraniega en el océano cinéfilo, un espacio protegido que alberga esas especies del cine mundial que no encajan en las rigurosas e inflexibles programaciones de los festivales de primera división y que, sin embargo, suelen tomar el pulso a lo más exigente y heterodoxo de la creación de autor, con especial atención a las jóvenes promesas y a los formatos menos convencionales, para los que se reservan las estimulantes secciones Cineasti del presente, Pardi di domani, La semaine de la critique y Opera prima.

Consciente también de su necesidad de contentar al gran público a orillas del turístico lago Maggiore, Locarno reserva su monumental Piazza Grande, uno de los cines de verano más selectos del mundo, a títulos comerciales de temporada y a los filmes estelares de las retrospectivas y homenajes, que este año están dedicados a Vincente Minnelli, Satyajit Ray, Jean-Marie Straub, Claude Goretta, Bruno Ganz, Claudia Cardinale, Isabelle Huppert, Abel Ferrara y Mike Medavoy, productor de títulos como Alguien voló sobre el nido del cuco o Shutter Island, que podrán verse junto a los blockbustersSuper 8 y Cowboys & Aliens, lo nuevo de Aki Käurismaki (Le Havre), Drive, de Nicolas Winding Refn, premiada en Cannes, Saya Zamurai, del genial Hitoshi Matsumoto o, en la que será una de las veladas estelares del certamen, la flamante copia restaurada de Un americano en París.

El jurado que preside el productor portugués Paolo Branco tendrá que lidiar con 20 títulos en el concurso oficial, donde sobresale la presencia de Nicolas Klotz y Elisabeth Perceval (La cuestión humana) con su nuevo filme Low Life, una historia de amor intercultural por la que se filtran ecos de Bresson y Tourneur y sobre la que volveremos pronto a propósito de la indispensable web (www.lowlifefilm.com) que han realizado para su presentación internacional los colegas de la revista Lumière, todo un ejemplo de cómo la nueva crítica hipertextual puede ser también la mejor y más necesaria herramienta para la promoción y el estudio a fondo de un filme y sus raíces.

Junto a la esencial pareja francesa, concurren también en esta sección autores con una interesante trayectoria previa como el franco-argelino Rabah Ameur-Zaimeche (Les chants de mandrin), la francesa Mia Hansen-Love (Un amour de jeunesse), la ruso-norteamericana Julia Loktev (The loneliest planet) o el japonés Shinji Aoyama (Tokyo Koen). La argentina Milagros Mumenthaler (Abrir puertas y ventanas), el chileno Sebastián Lelio (El año del tigre), los norteamericanos Mike Cahill (Another earth) y Azazel Jacobs (Terri), la libanesa Danielle Arbid (Beirut Hotel), los rumanos Anca Damian (Crulic) y Adrian Sutaru (Din dragoste), el francés Laurent Achard (Dernière séance), el israelí Nadav Lapid (Hashoter), los suizos Gilbert y Choffat (Mangrove) y Denis Jutzeler (Vol spécial), el holandés Marco Van Heffen (Onder ons), los italianos De Serio (Sette opere de misericordia), el palestino Tawfik Abu Wael (Tanathur) y el japonés Katsuya Tomita (Saudade) competirán también por el Leopardo de Oro.

La representación española habrá que buscarla fuera de concurso, donde el catalán Albert Serra presenta dos nuevos proyectos: Els noms de Crist, ideado para una exposición sobre la televisión en el Macba barcelonés, y El senyor a fet en mi maravelles, su contribución a una correspondencia fílmica con el cineasta argentino Lisandro Alonso. También de producción española es lo nuevo del filipino Raya Martin, Buenas noches, España, un proyecto experimental con la presencia de Pilar López de Ayala. Procedente del Jeonju Digital Proyect (Corea del Sur), podrá verse igualmente en Locarno la última pieza de José Luis Guerin, Memories of a morning, que comparte cartel de lujo con Aller au diable, de Claire Denis, y Un héritier, de Jean-Marie Straub.

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