Cultura

“Y yo me iré y se quedarán los pájaros cantando...”

  • La doctora en Literatura e Historia Hispanoamericana Gabriela Palau de Nemes ha fallecido a los 100 años de edad. Era amiga y persona de confianza de Zenobia Camprubí

“Y yo me iré y se quedarán los pájaros cantando...”

“Y yo me iré y se quedarán los pájaros cantando...”

Se nos ha muerto Graciela Palau de Nemes. Y se nos fue a los cien años, cumplidos el pasado 24 de marzo. Ejerció de profesora en la Universidad de Maryland de 1946 a 1993, donde se doctoró en Literatura e Historia Hispanoamericana en 1952. Una vez retirada siguió impartiendo clases como profesora emérita hasta 2005.

Graciela Palau nació el 19 de marzo de 1919 en la vivienda de las oficinas que la West Fargo poseía en Camagüey, Cuba. Su padre, Gilberto Palau, nacido en Puerto Rico, era director de la compañía estadounidense en esa ciudad. La niña se cría en un barrio de grandes mansiones, habitadas por las familias de los propietarios de las plantaciones e ingenios azucareros. Una sociedad de gran abolengo, que se permitió la extravagancia de trasladar de febrero a junio las fiestas de carnaval, uniéndolas a las celebraciones que ponían fin a la cosecha de la caña.

Los padres de Graciela acabaron separándose cuando ella tenía 14 años y su madre, María de la Vega, nacida en México, aprovechando la doble nacionalidad, dada por su casamiento con un puertorriqueño, se empeñó en que sus hijos estudiaran en los Estados Unidos. Al cumplir los 18 años, aprovechando la concesión de una beca, Graciela fue internada en el colegio religioso de La Trinidad,en Burlington, estado de Vermont, donde terminógraduándose a los 22 años, siendo totalmente bilingüe. En aquel momento, ante la falta de profesores provocada por el estallido de la II Guerra Mundial, el gobierno norteamericano ofrecía puestos de trabajo en todo el país. De modo que en junio de 1942 Graciela encuentra su primer empleo en un laboratorio de la ciudad de Baltimore. Allí conocerá a John L. Nemes, con el que se casará un año más tarde. Animada por su marido, microbiólogo en la Universidad de Georgetown,comenzará a impartir cursos de español y estudios básicos en la Universidad de Maryland. A su vez, aprovecha para matricularse en Literatura e Historia Hispanoamericana y, entonces, su vida cambiará para siempre, al cruzarse en su camino la profesora española Zenobia Camprubí.

La Doctora Nemes recordaba el momento en que la Universidad de Maryland reclutó al premio Nobel como profesor. "Resulta que un día Zenobia enfermó de gripe y cuando Juan Ramón llamó por teléfono para comunicar su ausencia, le respondieron que ya era tarde para avisar a los alumnos; así que le propusieron impartir la clase de su esposa. Juan Ramón aceptó y poco después lo contrataron”.

En cierta ocasión, Graciela le propuso al poeta escribir su biografía como trabajo para la tesis. Y todo fueron facilidades. "Muchos días, al acabar las clases yo les acompañaba a su casa en el coche que conducía Zenobia. Y allí empe a tomar notas de todo lo que me contaban; después las redactaba y luego me corregían o matizaban ciertos datos o ideas, pero nunca me censuraron”.

En 1957 la Editorial Gredos publica en su colección Biblioteca Románica Hispánica, dirigida por Dámaso Alonso, “Vida y obra de Juan Ramón Jiménez -La poesía desnuda-”, con la firma de Graciela Palau. Todo un acontecimiento editorial. Pero si cabe, su obra solar fue “Diario” -Alianza Editorial-, compuesta por tres tomos. Cerca de dos mil páginas, traducidas y anotadas en un trabajo de diez años, que le llevó a desvelar el mundo interior y cotidiano, fascinante a veces, amargo otras, de Zenobia Camprubí y su esposo. Cuántas veces citó Zenobia a Graciela en las páginas del segundo y tercer tomo de “Diario”, donde la considera amiga y persona de su absoluta confianza.

La infatigable vitalidadde Gracielala llevó a reunir los apoyos académicos para que la Universidad de Maryland propusiera al andaluz universal como candidato al Premio Nobel de 1956. Zenobia, ya muy enferma, la ayudó a recopilar la documentación demandada por la Academia sueca. Además, su pasión juanramoniana quedó sellada definitivamente cuando el edificio de Lenguas y Literaturas Extranjeras de la Universidad de Maryland pasó a denominarse el 11 de octubre de 1981, “Juan Ramón Jiménez Building”, como parte de los actos, que la propia Graciela se encargó de organizar, con motivo del centenario del nacimiento de Juan Ramón.

En el momento del adiós, solo queda desear que la luz de Moguer, y no la de Caronte, sea la que ilumine el camino de nuestra querida profesora hacia el ignoto mundo de la eternidad.

(Graciela Palau de Nemes. 24-03-1919. Camagüey, Cuba. 28-09-2019. University Park, Maryland. Estados Unidos).

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