"Me dan igual las etiquetas, pero la mía es fácil: música andaluza"

No todo ha sido coser y cantar para José Luis Figuereo El Barrio, pero el artesano que enhebra las cuerdas del flamenco con el rock y el pop puede estar orgulloso de tener una legión de seguidores que se cuentan por miles. Antes de salir a la venta su último disco, Las costuras del alma, que ya sí podrán encontrar en las estanterías, plazas como Madrid y Sevilla ya habían vendido más del 50% de entradas de su próxima gira. En el Palacio de Deportes San Pablo de la capital andaluza, los días 12 y 13 del próximo mes de enero, comenzará precisamente esa ronda de conciertos.

-¿Cómo se siente con este nuevo hijo a punto de ver la luz?

-Muy feliz, deseando que el público lo pueda escuchar para ver su reacción. Ha sido un trabajo muy elaborado, muy costoso de hacer, que se ha hecho muy poco a poco y con mucho cariño.

-Entiendo que se refiere a todas esas giras que ha ido solapando en estos años...

-Efectivamente, después de volver con el disco Hijo de Levante llegó la gira, pero luego hicimos Esencia (un directo en el Teatro Real de Madrid grabado en julio de 2015), y después llegó la gira de los 20 años... La verdad que he estado bastante ocupado [ríe].

-¿Cómo se las ha apañado para componer?

-Siempre procuro tener algo adelantado, algo por ahí suelto que uno escribe aprovechando esas visitas inesperadas de las musas... Y a tirar del hilo. Y siempre atento para cuando vuelvan a verme.

-Tras 20 años, parece que no tiene problema para invocarlas...

-No se crea... Hay muchas veces que no vienen, y me desespero, me bloqueo, me pongo nervioso. Ocurre igual cuando te encuentras con el público, pasan los años pero siempre está ahí ese cosquilleo, ese miedo, eso no se quita.

-Cuando presentó Hijo del Levante lo hermanó, de algún modo, con Las playas de invierno, ¿tiene Las costuras del alma algún lazo con algún otro disco suyo anterior?

-Sí, Hijo del Levante era una vuelta a la arena y a la soledad. Yo diría que Las costuras del alma es el disco del desamor. Menos Playa de La Luneta, la historia de una anciana que está loca por volver al mar ya que nació en Barbate y sus padres emigraron a la España profunda y ya no lo vio más, y El primer amor, que está hecha como si mi hija me preguntara ¿cómo es el primer amor? y yo le cuento lo que sentía cuando era chaval, cómo nos enamorábamos en el sur a mediados de los 80; todas las demás hablan del desamor. Es el tema central. Y el gran personaje del disco es ese viejo sastre que arregla corazones y aconseja a su yo joven.

-Hablando del viejo sastre, ¿no le dio impresión verse con unas cuantas décadas más encima en la portada y en el videoclip?

-[Risas] Sí, la verdad es que me dio miedo cuando me vi caracterizado. Mi madre me dijo: ea, pues ya te he visto de viejo.

-¿Con este disco volverá a descolocar a las tiendas o ya saben en qué estantería colocarlo?

-Yo creo que esta vez me van a poner donde las sevillanas [risas]. A mí ya a estas alturas me da igual que me quieran poner o no una etiqueta pero es fácil: lo que yo hago es música andaluza, con influencia del rock andaluz, del pop y del flamenco, claro, pero yo no soy cantaor, yo soy cantante, porque no existe el flamenquito, existe el flamenco, y eso es algo que yo respeto y admiro muchísimo.