La iglesia de San Pedro se protege contra una plaga de carcoma

El tratamiento pone freno al avance de los insectos que atacan la madera y hacen peligrar la techumbre de la nave central · Se actúa, además, en la trasera del retablo mayor y en los bancos del templo

Detalle de la techumbre durante el tratamiento.
Eduardo J. Sugrañes / Huelva

27 de junio 2012 - 05:00

Un tratamiento antixilófagos ha sido necesario en la parroquia mayor de San Pedro ante el peligro que suponía la existencia de estos insectos que venía provocando daños generalizados en los elementos de madera, especialmente graves en la cubierta del mismo.

Una actuación que ha tenido que emprender la parroquia en solitario después de la última gran actuación de 2002-2004, en que se hizo también con cargo a la iglesia aunque en este caso participó en su financiación la Consejería de Cultura. Ahora vuelven a aparecer graves problemas como es la plaga de carcoma que amenaza elementos tan importantes como la cubierta central y el retablo, ambos del siglo XVIII.

El trabajo ha sido realizado por la empresa Rentokil. Tanto en la parte trasera del retablo, que se ha inspeccionado minuciosamente, como en los bancos y confesionario se ha detectado un ataque generalizado provocado por anóbidos (carcoma común), los cuales son capaces de ocasionar disminuciones de la sección útil de las piezas atacadas, según el informe de la citada empresa.

La tapa de la mesa del altar del sagrario estaba tan dañada por la acción de los anóbidos, que se ha considerado más conveniente su sustitución.

En la cubierta de la nave central se pudo detectar varias piezas de la cubierta con pérdidas de sección considerables, consecuencias de los daños ocasionados por los anóbidos. Esto hizo necesaria la actuación del servicio de carpintería que procedió a la reparación de varios elementos de la techumbre. Aquí estaba bastante claro que de no realizarse un tratamiento adecuado, el ataque seguiría avanzando, pudiendo llegar a provocar la pérdida total de resistencia en los elementos afectados y con ello el colapso de las estructuras y la pérdida de elementos de valor patrimonial. La presencia de la carcoma en el maderamen de la parroquia suponía una fuente de contaminación para cualquier elemento de madera que se encuentre en los alrededores.

En la cubierta central también se detectan daños ocasionados por hongos de pudrición. Estos defectos se manifiestan por las zonas blanquecinas asociadas a ellos. Los hongos de pudrición degradan la madera que estuvo sometida a un exceso de humedad, y pueden llegar a provocar la degradación sistemática de los componentes naturales de las piezas de madera, afectando notablemente a las propiedades mecánicas de la misma, en particular a la resistencia estática y dinámica, incluso en ataques aparentemente leves.

El estado de la madera, el uso actual del edificio y las limitaciones de actuación, aconsejaron que la solución más adecuada para proteger la madera consiste en aplicar un tratamiento curativo-preventivio antixilófagos mediante proyección presuarizada y pincelado con un gel insectivida-fungiciada de alta penetración.

Una actuación que tiene un costo de 14.974,20 euros y que se atiende exclusivamente con fondos de la parroquia, que aunque es Bien de Interés Cultural no recibe ayuda institucional para esta actuación, al igual que para otras anteriores.

En este sentido recientemente se procedió al enrejado de la zona del porche y muro de acceso, así como el pintado de la iglesia por un importe de 38.835 euros. A lo que hay que sumar la electrificación de las campanas para evitar vibraciones y su incidencia en la torre, así como el arreglo de la techumbre de la sacristía, todo por un importe de 26.299 euros.

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