Juan Villa y Daniel Bilbao fueron a coincidir hace unos años en un proyecto universitario sobre percepción paisajística desarrollado en Doñana. Allí salían cada mañana a pasear con sus cuadernos, entre varios otros escritores y pintores, en busca de vistas ante las que detenerse y reflexionar. Y las suyas fueron comunes, alejadas del grupo, atraídos por los mismos detalles, por los mismos signos. Mucho tiempo y colaboraciones después, vuelven a unirse en un proyecto con aquella vieja idea que les unió, con textos y dibujos entrelazados, ofreciendo la misma imagen de Doñana, naturaleza y hombre, entrelazados también con el paso de los siglos.

De aquel primer encuentro, de esas anotaciones comunes viene ese nombre, Apuntes, que se ampara en el del espacio natural, Doñana, en un libro editado por la Diputación de Huelva que es pura obra de arte.

Los dos por igual, Villa y Bilbao, recuperan el territorio como sólo puede ser visto aquí entre quienes no saben de supervivencia sin entendimiento, sin cohabitación. Es el paisaje de las huellas; las del hombre. Son esas de belleza rectilínea para el dibujante, que sabe que contienen “historias sumergidas en el tiempo”.

Pero no están ocultas. Juan Villa (Almonte, 1954) las cuenta hace años con esa capacidad que sólo pueden tener los almonteños, conocedores de la realidad antes que la ensoñación. El escritor va más allá y dice que la suya es una mirada con doble percepción: como almonteño, sí, pero también como hombre de formación externa que se abre al mundo y a ese entendimiento de la posesión universal. La llama “mirada híbrida”, una suerte de mezcla, entiende, “más plural”.

Caballero Bonald destaca en el prólogo “la otra Doñana” que comparte el escritor

No le ha hecho falta ser almonteño a Daniel Bilbao (Sevilla, 1966) para tener esa visión amplia que lleva con el carboncillo al papel, coincidente en tanto con las descripciones de Villa. “Son en esos elementos del paisaje donde la mirada de Juan y la mía convergen, encontrando sinergia entre imagen y palabra, entre grafismo y fonema”.

Cuenta José Manuel Caballero Bonald en el prólogo del libro que ha descubierto en Juan Villa “una especie de complemento interpretativo” a sus “figuraciones literarias” sobre Doñana. “Yo siempre he pretendido crear una visión de Doñana más o menos vinculada a un enfoque mítico, mientras Juan Villa ha elaborado una minuciosa y apasionante versión de su realidad histórica”.

Artículos en prensa

El literato jerezano reconoce que no sólo se trata de sus novelas, tan excepcionales en esta visión particular como El año del malandar (Paréntesis Editorial, 2009). Están ahí sus artículos innumerables en prensa, sin que pierda Villa “su exigencia testimonial y su validez literaria”.

De ellos se nutre este lujoso volumen de Doñana. Apuntes. Noventa ilustraciones que acompañan otros noventa escritos periodísticos, desde mediados los años 90 hasta 2012, muchos de ellos publicados aquí, en Huelva Información.

Los 39 primeros forman parte de un primer bloque, De las historias viejas, de los lugares y de la gente que rescata pasajes fabulosos del pasado por los que pasan Goya o Alfonso XIII. Otros 21 son De los oficios y de los usos que tan bien ha reflejado Villa en su bibliografía de ficción previa. Y De duelos y quebrantos, con otros 30 textos, cierra el relato conjunto que cobra sentido en el propio hilo argumental y temporal del que ha dotado el escritor almonteño a la selección para que siempre “tuviera un interés”. “Hay una percepción de la realidad que es la mía”, advierte con honestidad. “Esa voz es la mía”.

Y en todo el conjunto de la obra subyace el tiempo. “Ese tiempo metafísico y onírico –escribe también Daniel Bilbao– que se puede percibir cuando nos situamos en la inmensidad del Coto”. Y “su transcurrir”, asegura, “está presente tanto en sus relatos como en mis dibujos”.