Cultura

De hombres y perros

CineBox Aqualon Puerto Huelva.- T.O.: "Hachiko: A dog´s story". - Producción: Estados Unidos, 2009 .- Duración: 93 minutos. - Dirección: Lasse Hallström. - Guión: Stephen P. Lindsey. - Fotografía: Ron Fortunato. - Música: Jan A. P. Kaczmarek. - Montaje: Kristina Boden. - Intérpretes: Richard Gere, Joan Allen, Sarah Roemer, Cary-Hiroyuki Tagawa, Jason Alexander, Erik Avarri, Davenia McFadden, Robbie Collier Sublett, Robert Degnan

Hay muchos directores que detestan dirigir películas con niños y animales. No faltan sin embargo realizadores que dirigen este tipo de films. Incluso reinciden. No cabe aquello de que "nadie escarmienta en cabeza ajena". Lasse Hallström, director sueco, afincado en Estados Unidos, y cuyos éxitos más memorables son Las normas de la casa de la sidra (1999) y Chocolat (2000), siempre dispuesto a suscitar la lágrima, no ha dudado en rescatar un relato muy sentimental que ya tiene historia en el cine.

Podemos remontarnos a setenta años atrás cuando el mítico perro japonés, Hachiko, un can de raza akita, fue instituido como referencia privativa de la cultura o, si quieren, el folclore japonés. Tanto es así que en 1987 el director nipón, Seijirô Köjama, realizó la película titulada Hachiko monogatari, para adoradores de este tipo de historias sentimentales. Tal es la importancia de la tradición de estos hechos, considerados auténticamente reales, que cuentan como Hachiko esperó en la estación ferroviaria a su dueño, un profesor universitario que un día falleció de un ataque cardíaco, tarde tras tarde, durante toda una década, desde 1925 a 1935, año éste en que murió el animal. En su homenaje a tan inquebrantable fidelidad se elevó un monumento en la entrada de la estación de Shibuya que se conserva con cierta veneración.

Ni corto ni perezoso Lasse Hallström, ha rememorado los hechos actualizándolos como elemento primordial de su melodrama cargado de sentimentalismo, para contarnos como Hachi, que tal es la elisión del nombre original, acompaña a su amo Parker Wilson, cuando cada mañana se dirige a la estación del tren para despedirle y volver a la tarde para recibirle cuando regresa de su jornada de trabajo en la Universidad. La costumbre se rompe un día pero la fidelidad del animal continua conservándose como un signo de devoción y lealtad.

Richard Gere, que intervino con Lasse Hallström como director en La gran estafa (2007), tenía previsto protagonizar con él una nueva película. Por eso, además de encabezar el reparto, es aquí también productor del film. Richard Gere, desde que conoció el guión, se entusiasmó con la leyenda del famoso perro japonés, que algunos han considerado excesivamente sentimental y proyectada a conmover a los más sensibles espectadores, especialmente a los más amantes de las tradicionales mascotas familiares. Muchos identificarán a su perro con el Hachi de Siempre a tu lado.

Se trata de ejemplarizar con una historia que exalta la lealtad, la nobleza y la amistad pero que, a pesar de tratar de eludir su excesiva ternura, emoción o compasión, no puede evitar caer en ello en muchas ocasiones, buscando, indudablemente el lado más susceptible de muchos espectadores. En todo caso estamos ante ese cine de tipo familiar, infantilizado intencionadamente, sin mucha imaginación -es un rotundo remake de su antecedente japonés-, que trata de llenar, sobre todo, las salas de un público más condescendiente y fácilmente impresionable. Admiremos el grado de identificación del protagonista con su perro, dada la dificultad de dirigir a animales y niños, de lo que huyen muchos directores.

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