La historia interminable
Crítica de Cine



'LA SERIE DIVERGENTE: LEAL, PRIMERA PARTE'
Multicines La Dehesa Islantilla, Cines Aqualon Puerto Huelva, CineVip Lepe, El Condado Cinemas 7, Al Andalus Punta Umbría y Cines Artesiete Holea Huelva.- Producción: España, Francia y Bulgaria, 2015.- Título original: 'The divergent series: Allegiant'.- Duración: 120 minutos.- Dirección: Robert Schentke.- Guión: Noah Oppenheim, Adam Cooper, Bill Collage y Stephen Chbosky basado en la novela de Verónica Roth.- Ftotografía: Florian Ballhaus.- Música: Joseph Trapanese.- Montaje: Stuart Levy.- Intérpretes: Shailene Woodley, Theo James, Mikles Teller, Ansel Elgort, Zoë Kravitz, Naomi Watts, Octavia Spencer, Ray Stevenson, Maggie Q., Mekhi Phifer, Daniel Dae Kim
He titulado La historia interminable (1984), de Wolfgang Petersen, sobre la obra de Michael Ende, como podría titularla "el cuento de nunca acabar", porque eso parece esta serie Divergente que ésta, presuntamente la última parte, se divide en dos, con lo cual tenemos divergencias para rato, suponiendo que alguna vez termine. Volvemos así a una nueva adaptación de otro de los best sellers publicados por Veronica Roth, la joven escritora estadounidense que con su primera publicación logró la distinción Goodreads al libro favorito en 2011 y a la mejor fantasía y ciencia ficción para jóvenes adultos en 2012. Es todo un manifiesto de esa literatura en torno a una elucubración distópica que tanto abunda en los últimos tiempos y que a los espectadores, sobre todo a los más jóvenes, fieles seguidores de este cine fantástico, les recordará de inmediato a la saga Los juegos del hambre (2012), y sus secuelas, basadas en los best sellers de otra novelista de gran éxito editorial, Suzanne Collins y en otras invenciones por el estilo.
La acción nos sitúa ahora en Chicago al borde de una guerra civil. Tris escapa de la ciudad amurallada junto a Cuatro, Christina, Peter, Tori y Caleb, perseguidos por guardias armados al servicio de la autoproclamada líder Evelyn y que manda Edgar. Es la primera vez que salen de la capital. Atraviesan el páramo tóxico de la Periferia hasta ser rescatados y escoltados en el complejo tecnológico del Departamento de Bienestar Genético, cuyo cerebro dirigente es David. Éste requiere a Tris en la defensa de su misteriosa causa y accede a lo que llaman "sondas de memoria" para revivir su propia historia familiar. Descubrirá que David pretende utilizar su avanzada tecnología de forma inhumana. Se apropia de su nave privada y regresa con los suyos a Chicago donde de nuevo se enfrentará a la despiadada Evelyn dispuesta a liberar un gas que puede borrar la memoria de los ciudadanos.
Como ya veíamos en Insurgente (2015) ni la historia inicial ni su guión resultan a todas luces originales y su desarrollo narrativo adopta muy abiertamente el estilo de otras sagas conocidas. Con estos precedentes, bien a la vista desde que se inicia la película, todo se revela muy previsible para el espectador más avisado, sobre todo cuando la narración insiste en reiteraciones bastante ostensibles. La única novedad es que la acción cambia de escenario. El director alemán Robert Schwentke, sustituto de Neil Burger, realizador de la primera película de la saga, que sigue en esta tercera, ha tratado de conjugar intenciones filosóficas con acción y romance. No parece poder eludir una ominosa sobrecarga predecible y poco comprometida, en la que el drama tiene pocas ocasiones de vibrar con la suficiente contundencia, sus emociones presentan un encefalograma bastante plano y una fijación obsesiva en los modelos ya conocidos. A más de uno le gustaría haber visto otra película pero no hay opción porque, fundamentalmente, se sigue apostando por fórmulas de notable comercialidad.
Sigue esa sucesión de alternativas poco convincentes con efectos visuales ya conocidos, cromas deficientes, elucubraciones futuristas y otras variaciones escénicas muy discutibles, como marco de unas divagaciones que resultan demasiado previsibles y que no dejan de ser copia de sus precedentes. Un disparate técnico con ínfulas de pura distopía. Hasta la próxima.
QUIROGA
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