La gran historia

¿En qué medida mejora la nueva reedición de la discografía de The Beatles a los productos disponibles hasta ahora?

Los discos de The Beatles vuelven a estar en el mercado.
Enrique Novi

29 de septiembre 2009 - 05:00

Ul número 9 ha tenido siempre un valor simbólico dentro del imaginario Beatle. Así que no es casual que se escogiera la fecha del 9 del 9 de 2009 para poner a la venta en las tiendas de todo el mundo las dos cajas con el catálogo remasterizado del material que los Beatles publicaron durante sus 8 años de vida discográfica.

En estos 20 días han sido innumerables los artículos y reseñas que han dado cuenta del hecho en todo tipo de medios. De entre la ingente cantidad de información puramente promocional, opiniones autorizadas o simplemente atrevidas, acercamientos hechos desde la condición de fan o incluso desde la de anti-fan, tratemos de analizar con rigor qué supone este lanzamiento, qué tiene de novedoso o en qué medida mejora los productos disponibles hasta el momento.

Despejemos de ruido el acontecimiento. Con una industria discográfica herida de muerte, es comprensible el recelo con que muchos aficionados se disponen a recibir un producto que, en esencia, ya tienen. Basta recordar los maquiavélicos quiebros que dio esa misma industria en la segunda mitad de los 80, cuando con la excusa de mejorar la calidad de sonido, una cuestión discutible que el tiempo se ha encargado de sacar a flote, como hacen las aguas con los cuerpos de los ahogados, inundó el mercado de los entonces novedosos CD, retirando en tiempo récord los hasta el momento incuestionados vinilos.

Así, con un sencillo y fugaz cambio de formato, consiguió que una parte significativa de consumidores compraran de nuevo los discos que ya tenían. Si aquello se logró en una época de vacas gordas para las compañías discográficas, qué no serán capaces de inventar ahora que peligra su propia supervivencia.

En este sentido, EMI, una de las cuatro grandes empresas del sector y propietaria de todo el catálogo oficial de los Beatles, confía en sanear su deteriorada cuenta de resultados con la venta de este nuevo lanzamiento.

Así pues, veamos qué incluyen y qué no incluyen estas atractivas cajas. En contra de lo que se ha dicho, no contienen todo lo que los Beatles grabaron en vida, aunque sí todo aquello que fue publicado oficialmente hasta el anuncio de su disolución, en abril de 1970. A saber: los 13 álbumes de su discografía británica, más los dos discos originalmente publicados con el nombre de Past Masters, que contenían todos aquellos temas que hasta entonces sólo habían estado disponibles en discos de 45 r.p.m.

Quedan fuera, por tanto, todas las grabaciones no oficiales, programas de radio o televisión, descartes o tomas alternativas, así como actuaciones en directo. Las cajas se limitan a reeditar el cuerpo central de su obra, sin más añadidos, aunque es de justicia reconocer que esto supone, con diferencia, lo mejor de su producción.

Ambas cajas se presentan con estas obras en formato CD y no se ha contemplado la publicación en vinilo. La caja negra reúne la versión en estéreo de todos los discos mencionados mientras que la blanca ofrece la versión en mono de todos excepto los dos últimos (Abbey Road y Let it be), que originalmente sólo se comercializaron en su día en estéreo.

También están disponibles cada uno de los discos por separado, pero sólo en su versión en estéreo, de modo que los que quieran disfrutar de las mezclas en mono tendrán que hacerse con la caja completa. A todo ello se suma una serie de mini documentales de entre 3 y 5 minutos en formato quicktime -la única auténtica novedad del paquete-, uno por álbum, que se agrupan en un DVD extra, que sólo se incluye en la caja negra con los discos estéreo. Mientras otras bandas míticas, tanto de primer orden como grupos de culto, han visto como su catálogo se remasterizaba digitalmente, el de los Beatles permanecía desde hace más de 20 años pendiente de esta puesta al día. La edición en 1987 de su discografía en CD supuso un primer paso hacia la digitalización de su obra, pero las deficiencias de aquel lanzamiento hicieron de las quejas de sus fans moneda común en los foros de beatlemanos. Los primeros álbumes sólo estaban disponibles en mono, mientras que otros posteriores sólo lo estaban en estéreo; algunos intermedios contenían nuevas mezclas en estéreo hechas por George Martin para la ocasión con peores resultados que en las antiguas o la ruda presentación de Magical mistery tour.

Estas eran sólo algunas de las críticas. De modo que hasta hace un par de semanas parecía bastante indiscutible que la mejor opción para disfrutar del sonido de los Beatles seguían siendo las reediciones de sus vinilos. Las principales críticas a esta nueva edición se refieren al material no incluido (tomas alternativas y descartes como sucede en la mayoría de reediciones de otros artistas) y a la forma de comercializarlo (dos cajas que contienen material no disponible en la otra), pero es unánime la consideración de que el sonido ha ganado en profundidad, en nitidez y en pegada, y la remasterización se ha realizado con la sutileza suficiente para que nadie pueda captar indicios de enriquecimiento artificioso a base de esteroides digitales. A partir de ahora esta será la mejor manera de escuchar el suntuoso catálogo de los Fab Four. El rock and roll primitivo de los primeros años suena más sólido y compacto mientras que la instrumentación adquiere mayor presencia en la etapa intermedia, y lógicamente la riqueza sonora se aprecia con mayor precisión conforme el grupo se va convirtiendo en una máquina de estudio, pletórica de hallazgos; en un laboratorio de ideas que conformó la definición misma del concepto de producción en la música pop.

Todo el repertorio gana en calidez y, al mismo tiempo, los arreglos se perciben con una claridad turbadora. Asimismo, la presentación reestablece las carencias de la edición del 87, recuperando todos los textos de los vinilos. En cuanto al dilema sobre si escoger la opción de mono o la de estéreo,la mayoría de los beatlemanos con orgullo de casta optará sin discusión por la primera. El grupo trabajó casi toda su carrera en mono y se percibe mayor densidad sonora con estas mezclas. Incluso aquellos que han crecido con las versiones en estéreo de sus canciones encontrarán un sinnúmero de matices sorprendentes, pero cualquiera que sea la elección, ninguno de los millones de fans que llevan 22 años esperando escuchar una versión mejorada de los Beatles se sentirá decepcionado.

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