CineBox Aqualon Puerto Huelva, El Condado Cinemas 7 y Al Andalus Punta Umbría.- Producción: Estados Unidos, 2009.- T.O.: "Surrogates".- Duración: 90 minutos.- Dirección: Jonathan Mostow.- Guión: Michael Ferris y John Brancato basado en la novela gráfica de Robert Venditti y Brett Weldele.- Fotografía: Oliver Wood.- Música: Richard Marvin.- Montaje: Kevin Stitt y Barry Zettin.- Intérpretes: Bruce Willis, Radha Mitchell, Rosamund Pike, James Francis Ginty, James Cronwell, Ving Rhames, Michael Cudlitz, Boris Kodjoe, Jack Noseworthy.
Cunde el ejemplo de la novela-gráfica llevada al cine. En este caso es el comic-book de Robert Venditti y Brett Weldele lo que ha servido al realizador Jonathan Mostow para trasladarnos al futuro en una historia de anticipación inquietante en que los humanos viven aislados e interactúan tecnológicamente mediante sus propios robots que son una versión superada de sí mismos, delegando en ellos sus relacione sociales. Pero unos asesinatos perpetrados por los sustitutos pondrán en acción al agente del FBI Creer y a su compañera Peters, para tratar de descubrir los misterios en torno al doble crimen estrechamente relacionado con el inventor de este revolucionario sistema. Esto les permitirá descubrir una horrenda realidad. Sobre todo al enfrentarse al dilema que supone confiar en esa perspectiva incierta que presentan las máquinas.
Estamos ante un relato de carácter sociopolicial que nos recordará a menudo el mítico Blade Runner (1982), de Ridley Scott, con las distancias abismales que cabe suponer, y que mezcla de una manera a veces demasiado aleatoria humanos, robots, asesinatos y sexo. En el fondo lo que nos propone a través de este futuro nada alentador es un análisis de nuestras perturbaciones, paranoias, desasosiegos, angustias y conflictos sociales tan de nuestro tiempo. Una vuelta de tuerca a esas segundas lecturas que propician estas historias de anticipación. La ciencia-ficción al servicio de un mundo cada vez más artificial en tantos aspectos. El satisfactorio pero a la vez preocupante avance de la tecnología que puede llegar a permitirnos el uso de estos sustitutos o replicantes que podemos controlar desde el confort de nuestros hogares inteligentes y sofisticados. ¿Hasta cuando se puede dominar ese control?
Jonathan Mostow, el director, ya se ocupó de algo de esto en Terminator 3: La rebelión de las máquinas (2003). Es evidente que esa visión anticipada en realidad lo que nos está mostrando es un riesgo que nos presentan nuestros avances cotidianos y los peligros a que pueden conducirnos los progresos de la tecnología y la estética. La intención del film, aparte de llamativa y en cierto modo original, no deja de ser interesante toda vez que está estructurada con una ágil combinación de recursos ciertamente valiosos y la suficiente intriga, la acción y un altruismo latente que, a mi modo de ver, trata de resultar ejemplar.
En esa inevitable especulación sobre el futuro, implícita por lo demás en cualquier experiencia cinematográfica de ciencia-ficción, como es el caso, uno se pregunta si será posible en su día adquirir un sustituto, una especie de clon de sí mismo, para hacer aquello que de momento no le apetece o no le interesa o le compromete. ¿Pero hasta dónde puede dominarse la acción de esa copia humana o replicante y sus consecuencias? Es otra especie de delirante videojuego en el que estos androides pueden sustituirle a uno en asuntos de gran trascendencia incluso: la amistad, el amor, el sexo…
En este juego sobre la doble vida del futuro el realizador ha puesto buen cuidado en encabezar el reparto con un Bruce Willis, tan oportuno en estas experiencias y que cumple las expectativas del público y aunque la versión cinematográfica no sea muy fiel a la novela gráfica original, sale airoso del envite si bien uno es consciente que le falta un mejor empeño plástico para que el film pudiera haber resultado mucho más atractivo. No obstante el planteamiento no deja de ser, además de inquietante, bastante llamativo y tentador.
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