Los fantasmas infantiles de Leiva pululan esta noche en el Gran Teatro

El músico madrileño se presenta hoy en Huelva con la gira de su tercer trabajo en solitario, 'Monstruos'

Asegura que sigue "investigando" canciones y sonidos, sin "fuegos artificiales"

El músico madrileño Leiva se entrega en el escenario con su guitarra durante uno de sus conciertos de este verano, el pasado mes de julio en Cádiz.
El músico madrileño Leiva se entrega en el escenario con su guitarra durante uno de sus conciertos de este verano, el pasado mes de julio en Cádiz. / Lourdes De Vicente
Javier Ronchel

Huelva, 15 de septiembre 2017 - 09:05

Rock puro, sin estridencias ni artificio banal. Sonido básico, como el que él mismo llevó metido en la funda de su acústica a su estudio, antes de ponerse a modelar el producto que acabaría en su última grabación, la de su tercer disco. Porque ahora, confiesa, se encuentra en el camino de "buscar canciones e investigar sonidos". Habla Leiva, rockero de barrio, madrileño, cervecero de barra y de anuncio, mitad de Pereza, y uno de los exponentes del rock actual nacional, que se presenta como esencia pura en los discos y se expande en el hábitat natural de la música, que son los escenarios. Como el de esta noche en el Gran Teatro, donde estará para ofrecer un concierto enmarcado en la gira de Monstruos, último álbum en solitario, publicado hace poco más de un año.

"Es un disco mucho más crudo, mucho menos producido, con unos textos creo que más directos. Todo suena más áspero, como con menos pirotecnia", contaba este verano Miguel Conejo Torres Leiva (Madrid, 1980) en una entrevista.

El título no es casual. Su propia foto en la portada, y en la cartelería de la gira, anticipa un material muy personal, que enlaza en muchos casos con "miedos infantiles" comunes. "Al final, los monstruos y los fantasmas", declaraba a la agencia Efe, "son miedos infantiles que todos tenemos".

"Voy reconciliándome conmigo mismo, conociéndome y sacando mis propios nudos", confesó, en octubre pasado, en una entrevista al Grupo Joly por el inicio de su gira en Granada. "Éste es un álbum bastante terapéutico y bastante honesto con lo que soy ahora mismo. Pero siempre queda algún monstruo por ahí escondido con cara de muy malo".

Reconoce que hay pasajes de algunos temas de este disco que "resultan bastante explícitos" y puede llevar a interpretar que forma parte de un proceso introspectivo, para acabar con fantasmas del pasado y preocupaciones actuales, "pero no es así". "Las canciones no sólo sirven para exorcizar cosas. A veces sirven para demostrar que sigues vivo, que estás enamorado de tu oficio y que disfrutas haciéndolo".

Monstruos puede ser el torbellino eléctrico tras la devastación, anticipaba su discográfica en el lanzamiento de este trabajo, en el que "hay confesiones en alto que extienden sus alas de manera inquietante y juegan con la intensidad".

"Sigo investigando, quiero seguir haciendo compañía a la gente y sigo apostando por la canción por encima del estilo". Es ahí de donde sale ese resultado que apuesta por la limpieza, por "trabajar cada vez con menos producción y menos elementos, ir eliminando fuegos artificiales de mi obra", explicaba antes de echarse a la carretera con su gira, el 28 de octubre, en Granada.

Este verano ha sido muy intenso para Leiva en su paso firme por los escenarios. En cada uno de sus conciertos se ha comprobado toda la fuerza de su directo, eléctrico, no sólo en Electricidad, y poderoso guitarrero, en el que igual consagra ante el público su devoción por Jimi Hendrix y Keith Richards, que recuerda a Chuck Berry como "jefe máximo".

Mucho tiene que ver en esto la conexión evidente con su banda, de la que habla rememorando la cita atribuida a The Faces, el genial grupo en el que empezaron Rod Stewart y Ronnie Wood: "Disfrutamos, y si sale mal, nos hemos reído en el camino".

Se refiere a la base compuesta por José Bruno (batería), Iván González (bajo) y Carlos Raya (guitarras), con los que se metió en el estudio de grabación, con Raya de productor. "Soy un tipo afortunado por tener una banda. Remamos juntos desde hace años. Con muchos de ellos desde hace quince años, con alguno, más de veinte. Mantenemos el espíritu de banda de instituto y nunca nos hemos sentido profesionales. Ahora todo parece grande pero sabemos que volverá a ser pequeño", escribió para justificar su Breaking bad, cuarto corte de Monstruos. Esta noche no habrá más explicación que la de su música en vivo.

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