Un detective famoso
Mi querida amiga, Menchu, me pedía unos libros para leerlos en sus vacaciones que pasa en Mazagón. Su requerimiento especificaba "novelas policíacas". Es un género que no me entusiasma demasiado. Pero algunas novelas tengo y entre ellas las que me son más estimadas. Por supuesto algunos clásicos. Ello me ha recordado el libro, Todo Marlowe. Recopila las siete novelas y los dos relatos de Raymond Chandler, escritor estadounidense nacido en Chicago en 1888 y fallecido en La Jolla - esa es su denominación- , California, en 1959. El título alude a su personaje principal, el detective Philip Marlowe, una especie de alter ego de su creador, un quijote que se enfrenta a una sociedad que no comprende, realmente, emblemático en la llamada serie noire, a la francesa, que en el cine siguió acertadamente los cánones de Hollywood. Serie negra para nosotros, cine negro o cine policíaco, una de las especialidades de la cinematografía universal realmente antológica y memorable que ha creado escuela. Si en la narrativa de intriga el estilo de Raymond Chandler es único, en su derivación cinematográfica ha dejado una esplendorosa estela.
Evocando sus novelas llevadas a la gran pantalla, varias y en distintas versiones, destaca notablemente El sueño eterno, escrita en 1939, y trasladada al cine por el genial Howard Hawks en 1946. Un prodigio de intriga y auténtico cine negro, con un guión en el que intervenía William Faulkner, Premio Nobel de Literatura, con una pareja protagonista realmente mítica: Humphrey Bogart y Lauren Bacall, que habían creado otro título memorable Tener y no tener (1944), sobre el relato de Ernest Hemingway.
De El sueño eterno se haría una nueva versión en 1977, dirigida por Michael Winner con Robert Mitchum encarnando al detective y con guión del propio Raymond Chandler. Precisamente el mismo Robert Mitchum, junto a Charlotte Rampling y un entonces casi desconocido Sylvester Stallone, interpretaba al detective Philip Marlowe en Adiós, muñeca, escrita en 1940. Otra versión la dirigió muy dignamente Dick Richards. Hay una anterior poco relevante. Un famoso intérprete que consiguió un gran éxito como Marlowe fue Dick Powell protagonista de Historia de un detective (1944). Dirigida por Edward Dmytrick, le dio el espaldarazo como actor dramático.
Otra de las novelas adaptadas al cine fue La dama del lago, escrita en 1943, dirigida y protagonizada por Robert Montgomery en 1947. Raymond Chandler se limitó en algunos casos a permitir que sus novelas se llevaran a la gran pantalla pero supervisó alguna de sus actuaciones como en Marlowe, detective muy privado (1969), dirigida por Paul Bogart en 1969, con James Garner dando vida a un duro y honesto detective privado, cuya coherencia contrasta con el entorno sórdido y brutal de los bajos fondos californianos. En algunos casos fue guionista de algunas películas. Por ejemplo Extraños en un tren (1951), uno de los títulos que más aprecio de la admirable filmografía de Alfred Hitchcock.
No olvidemos El largo adiós (1973), de Robert Altman, con un secundario luego muy famoso: Arnold Schwarzenegger y una excelente fotografía de Vilmos Zsigmund, el fotógrafo favorito de Ingmar Bergman. Lejos de sus propios argumentos pero en la línea de sus intrigas, Raymond Chandler, compuso otro guión memorable con el genial Billy Wilder, que dirigió en 1944, Perdición, captando con maestría las claves visuales del género. El último en sumarse a la interpretación del mítico personaje es Clive Owen en Mi negocio son los problemas, adaptación de un relato breve. Dirigida por el guionista y dibujante Frank Miller, Philip Marlowe resolverá casos ocurridos en Los Ángeles, años 40, seduciendo a misteriosas mujeres y ahogando sus penas en alcohol.
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