Un camino al Rocío con 'Platero'

Dieciséis internos de la prisión y del CIS realizan su peregrinación a la aldea almonteña

1. El grupo de peregrinos saliendo de la parroquia San Juan Bautista, en San Juan. 2. El burrito que se incorporó a la comitiva en Moguer. 3. Manuel Correa cantando ante el Simpecado de la Hermandad del Rocío de San Juan. 4 . Los peregrinos, en el camino.
1. El grupo de peregrinos saliendo de la parroquia San Juan Bautista, en San Juan. 2. El burrito que se incorporó a la comitiva en Moguer. 3. Manuel Correa cantando ante el Simpecado de la Hermandad del Rocío de San Juan. 4 . Los peregrinos, en el camino.
T. Lojo

30 de abril 2014 - 05:00

Un camino al Rocío en libertad. Catorce internos de la cárcel de Huelva y dos del Centro de Inserción Social (CIS) iniciaron ayer, al amanecer, su peregrinación a la aldea almonteña, acompañados por educadores y voluntarios, una comitiva formada por sesenta personas, entre las que se encontraba la subdirectora de Tratamiento, Esther Montero; el capellán de la prisión, el padre Emilio, y Manuel Correa, que desde hace más de un lustro realiza el camino al Rocío con los presos.

La primera parada fue en San Juan del Puerto, donde fueron recibidos por el alcalde, Juan Carlos Duarte -al que propusieron ser el pregonero de la peregrinación al Rocío 2015-, y el presidente de la Hermandad del Rocío de la localidad, José María Márquez. Tras desayunar en el bar El Chaparral, se trasladaron a la parroquia San Juan Bautista y, ante el simpecado de la hermandad, Manuel Correa cantó la Salve Rociera del Preso. "La Virgen está con vosotros, no lo dudéis nunca", les dijo el párroco Victoriano Solís a los peregrinos antes de continuar el itinerario por la carretera de Moguer.

La subdirectora de Tratamiento del centro penitenciario indicó que "es fantástico ver el fruto del trabajo". Subrayó que los presos que están disfrutando de esta peregrinación al Rocío "se lo han ganado y ésta es la prueba de fuego, es la primera vez que van al Rocío y que van a poder abrazar a su familia fuera de la cárcel". Aparte "se orientan en el camino de la fe y muchos de ellos dejan la delincuencia y se insertan en la sociedad, verdaderamente es un logro". Montero explicó que es complicado organizar esta salida "es una responsabilidad grande, pero nosotros apostamos por ellos".

Pedro Joaquín, el portero del equipo de fútbol del centro penitenciario, es uno de los internos que peregrinan a la aldea almonteña. Es su primera salida y la primera vez que va al Rocío, por lo que estaba "muy ilusionado".

En esta edición, la Asociación Rociera del Centro Penitenciario onubense quiso unirse a la conmemoración del centenario de Platero y yo e hizo un guiño al protagonista de la obra más universal del Nobel moguereño Juan Ramón Jiménez, incorporando en Moguer un burrito, color canela, a la comitiva.

En la localidad de Juan Ramón Jiménez fueron recibidos por la junta directiva de la filial, encabezada por su hermano mayor, Manolo Morales, y los concejales José Antonio Rodríguez y Rocío Domínguez, en la sede de la Hermandad, donde rezaron la salve con el párroco José Manuel Raposo e interpretaron unas sevillanas dedicadas a la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Moguer, madrina de la Asociación Rociera del Centro Penitenciario de Huelva.

Antes de retomar el camino hacia el coto de Montemayor, la taberna Los Raposo ofreció a los peregrinos un refrigerio. Uno de los momentos más emotivos se vivió ante la sede de la asociación Abriendo Puertas, uno de cuyos integrantes acompañó a los presos tocando el tamboril hasta la ermita de Montemayor, en cuyo interior, rezaron el Ángelus ante la imagen de la Virgen.

De allí se dirigieron a El Milanillo para almorzar, para continuar hacia la zona de Villarejo, para pernoctar en la casa de la Hermandad del Rocío de Palos.

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