Cortegana

Una boda sacada de un cuento

  • El patio de armas del Castillo de Sancho IV está disponible para quien quiera celebrar un enlace de ensueño, como hicieran Miguel Isidro Anastasio Noguera y María Reyes López Menguiano.

La barbacana del castillo medieval fue el preludio de lo que aconteció dentro de los vetustos muros edificados por Sancho IV. María Reyes López Menguiano lucía radiante bajo los tenues rayos de sol invernales, mientras se adentraba por el arco de la fortaleza. En el patio de armas, atestado de invitados provenientes de las cortes de Rosal de la Frontera y Cortegana, Miguel Isidro Anastasio Noguera esperaba a su futura mujer.

Una descripción que narra los momentos de una boda realenga. Reyes y Miguel contraían matrimonio en el Castillo de Cortegana, como antaño hacían los príncipes y princesas. Y es que en el término serrano cualquier pareja puede casarse dentro de la fortificación medieval tras realizar los trámites correspondientes en el registro civil del Ayuntamiento serrano con tiempo suficiente para la autorización del evento y la concreción de la fecha más conveniente con la Asociación Amigos del Castillo.

El trío de cámara templó los nervios con un sosegado vals mientras Reyes se dirigía al altar ubicado en el patio de armas. "Me sentí como la princesa de un cuento", definió con precisión la novia. Las almenas fueron testigo de un amor que nació en la adolescencia y que en ese momento fue certificado por el alcalde de Cortegana, Antonio Marín, quien ofició la ceremonia.

"Tanto tiempo recorriendo los rincones del Castillo, sus salas, sus almenas… y en él he vivido el momento más especial de mi vida", aseguró Miguel Isidro. Un entorno "mágico" en el que tanto "su belleza, como su entorno confieren un significado especial a cualquier boda", sentenció el novio.

La Asociación Amigos del Castillo pone todo tipo de facilidades para la celebración de la ceremonia. De ahí que cedan para tal ocasión una mesa antoniana de primeros del siglo XIX o una o dos jamugas de la misma fecha con la condición de que este patrimonio quede intacto y se coloque en su lugar habitual para que los turistas disfruten de su belleza.

Raquel Fructos, miembro de este colectivo, mima todo los detalles en una fecha tan importante para los novios. Ofrece consejos sobre la decoración del patio de armas; organiza la distribución de los invitados en dicha zona y en el alarbe; y ayuda a la colocación de telas que se despliegan en los muros del Castillo.

El tradicional arroz o los pétalos de rosas se suelen arrojar a los novios desde la Torre del Aceite, ofreciendo una hermosa imagen. Nuestros protagonistas, Reyes y Miguel, eligieron girasoles en la decoración del patio de armas y en su salida del Castillo de Sancho IV, una colorida cascada con papelillos sacados de un arco iris multicolor retrato una de las estampas más "preciosas" de una boda sacada de un cuento.

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