Cultura

Ya estamos aviados

  • El grupo olontense Avíate! vuelve a los escenarios con un gran concierto ante sus paisanos de Gibraleón

  • Pablo Sycet y Juanini acompañan a la banda

Gibraleón ya estaba aviado a finales de los 80 en el apartado musical. No necesitó de un Operación Triunfo para descubrir el talento de cinco potros salvajes y su domesticador. Más de tres décadas después, el municipio olontense sigue aviado, como quedó demostrado en la noche mágica del pasado jueves en el Auditorio Municipal, ahora con tres pura sangres y un jinete que sin fusta y espuelas lo controla todo.

El grupo Avíate! ofreció sonidos de siempre e ilusión en cantidades industriales en un concierto en el que Gibraleón evidenció estar más que colmado. No precisa de una trayectoria ininterrumpida de la banda, tampoco de unos recursos en escena de primer nivel y, mucho menos, del refrendo mediático en el ámbito nacional. A Gibraleón y a todos los amantes del pop-rock que se dieron cita en el recinto musical panturrano les bastó con escuchar los temas que han modelado la banda sonora del pueblo en los últimos 35 años. El oído y la música frente a frente, sin intermediarios. Ni siquiera los nervios por un regreso después de cinco años o las limitaciones de sonido evitaron la conexión entre Luis Zamora, Juan Alejandre y Juan Luis Oliveros con el público. Los músicos Miguel Torre y Pablo Vázquez ocuparon los huecos que dejaron hace años los potros Manuel Colín y Lorenzo Alcaide.

A esta relación casi íntima y sin condiciones ayuda mucho la alma mater del grupo casi desde los primeros pasos de la formación, Pablo Sycet. Mucho más que el autor de las letras, el domador de los potros es un director espiritual que le da sentido a toda la producción de Avíate!. Hasta se atrevió a subir al escenario en una segunda interpretación en la noche de Te he querido (demasiado tiempo), para cantar el estribillo de unos de los clásicos de la formación.

Los temas de siempre se mezclaron con los más recientes, que ya tenían coros entre los seguidores. El más nuevo de todos, Tres hombres y un destino, también con un bis. Sycet se afanó en los 90 en que Avíate! dejara de ser "un grupo de pueblo" y adquiriera una proyección, al menos nacional. Llegados a este momento, me planteo que el destino de estos tres hombres es integrar un grupo de pueblo, porque ahí radica el origen de su fuerza. Un grupo de pueblo que se puede escuchar en todo el mundo mejor que un producto artificial que acabe reducido a la insignificancia. Y durante tres décadas, la banda olontense ha recibido el reconocimiento de la crítica, de colegas y de especialistas, en proporciones más amplias que lo que muestran las cifras de discos vendidos.

La autenticidad define a Avíate! con el paso de los años, de ahí que sea una formación Para siempre, el título de su penúltima grabación y de otras de las canciones que hicieron vibrar al Auditorio. Desde luego que la popularidad es un valor en el mundo de la música y, en general, del mundo del espectáculo. Y es un índice económico para al sector, pero no hay que confundirla con la calidad. "Un pop elegante". Así ha definido el vocalista Juan Luis Oliveros la música de Avíate!. Y para cultivarlo no hace falta completar giras de 60 conciertos al año. El jueves había un escenario, músicos, instrumentos y público. ¿Para qué más?

Bueno, también había canciones. Cuando comencé a escuchar a Avíate!, en la misma bisagra entre los 80 y los 90, me interesé por la autoría de las creaciones. "Las letras son de un hombre que viene de Madrid", me respondieron. También en literatura (y en pintura) Gibraleón está aviado, porque Sycet es un hombre que vino de Olontia antes de venir de Madrid, su verdadero lugar de adopción. Eso lo descubrí hace poco, cuando tuve toda la información, años después, y conocí personalmente al artista.

Al igual que no me hace falta escenarios de oro para valorar un producto musical, tampoco necesitaba saber que Sycet escribe para grandes artistas nacionales para que me gustasen sus letras. Con Avíate! me bastaba.

Debo apostillar que he vivido el concierto de Avíate!, antes durante y después, en una mar de emociones, supongo que un retiro más agradable que el Mar de fuegos al que hace referencia uno de los temas más conocidos del grupo y uno de los más significativos de este concierto por ser interpretado en su más moderna versión, con el veterano artista Juanini en el escenario.

Casi por azar, y a través de una sucesión de casualidades también, me presentaron a todos los componentes de Avíate! semanas antes de la cita en la Feria de San Lucas 2018, a los vigentes y a los que se fueron. Todo un honor tras años de devoción y otros tantos de no haber sabido casi nada de la formación. El redescubrimiento y la actualización de mi interés por Avíate! durante estos días me otorgan directamente el carné de aviado. Y con creces.

En realidad, todos estamos aviados desde el jueves… aunque no sé hasta cuándo. A estas edades, los aviatistas necesitaremos una dosis del grupo de vez en cuando. Nos deben Flor de pasión y Ando, dos ejemplos de canciones imprescindibles que se quedaron fuera de un nutrido repertorio. Ahí lo dejo.

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