Chino Darin. Actor

"Mi apellido pesa cinco letras y una tilde que en realidad no lleva"

  • El argentino forma parte del reparto de 'Era el cielo', coproducción argentina-brasileña que compite por el Colón de Oro con un duro relato sobre los miedos.

"Mi apellido pesa cinco letras y una tilde que en realidad no lleva"

"Mi apellido pesa cinco letras y una tilde que en realidad no lleva"

Desde hace tres años el viento sopla a favor de Ricardo Mario Darin, conocido como Chino Darin. El actor argentino rodó dos series y cinco películas en 2014, el pasado año interpretó al personaje "con el que soñaba" -Alejandro Puccio- en una serie argentina, y este año además de trabajar en una serie española estará en los cines con La reina de España en unos días. Por si fuera poco, la cinta Era el cielo (Brasil, Argentina), de cuyo reparto forma parte, compite por el Colón de Oro en el Iberoamericano. El actor acudió ayer presentarla, pisando por vez primera tierras onubenses. Su personaje en esta película que mezcla drama y suspense, y que está dirigida por Marco Dutra, apenas habla, pero su presencia desencadena y encadena los acontecimientos en la que puede considerarse una reflexión sobre el miedo y cómo este afecta a la gente de distinto modo.

-¿Qué le llevó a aceptar el papel de Néstor?

-Primero porque coincidió en un momento en el que yo rodaba una serie en Uruguay con los mismos productores y empezaban inmediatamente la película tras la serie. No dije que sí, por su puesto, hasta no ver el guión. Cuando lo leí, lo que más me gustó, además de la trama y de lo que habla -de los miedos- fue que mi personaje me pareció muy jugoso por ser tan distinto a lo que me habían ofrecido nunca y por darme la posibilidad de trabajarlo con otros medios de lenguaje. Casi no habla y tiene mucha presencia de otra manera. Es una entidad que ronda y acecha a los protagonistas de la película y los presiona contra sus propios miedos, como un monstruo que llevan en la cabeza y al que se encuentran en determinadas situaciones. Con su sola presencia es capaz de generar muchas sensaciones.

-¿Le resultó muy complicado?

-Era difícil, pero me resultó un juego muy divertido en cuanto al planteamiento y al desafío, porque es complicado que te toque un personaje de esas características y que tenga importancia en la trama. Suelen ser personajes satélites y no tienen influencia en el desarrollo de la trama. Pero aquí es de alguna manera desencadenante de la trama. Es la personificación de los miedos de los que se habla. Además, me pareció interesante trabajar con este director brasileño, así como con Carolina Dieckmann y Leo Sbaraglia, a quien admiro y con quien tengo muy buena relación. Era un combo bastante jugoso como para formar parte del proyecto.

-¿Cuál fue su sensación al ver la película en la pantalla?

-La verdad es que me he llevado una muy grata sorpresa porque era una apuesta arriesgada en cuanto a que es una película de género, y hay que saber hacerlo. Son muchos condimentos -no solo el guión, que era muy bueno-, o el trabajo de postproducción de sonido, que me parece que es fundamental en la trama y que es como un tercer personaje: los silencios, los ruidos, las respiraciones.... Es difícil dar con un director que sepa tratar el género y que logre una película redonda Tenía miedo de que no fuera así, porque pasó mucho tiempo desde que la rodamos hasta que la pudimos visionar y cuando la vi en Río de Janeiro me fui contento.

-¿Usted a qué tiene miedo?

-¿Mis miedos? Uf. No los tengo muy en claro. No soy de las personas que llevan esos miedos en la mochila constantemente, sino que me voy encontrando con ellos de vez en cuando y ahí los identifico. Generalmente trato de superarlos pero, como son miedos y son fuertes, a veces no se puede. Le tenía miedo a los tiburones y sin embargo me baño en el mar tranquilamente y me animo a nadar mar adentro (risas). Hago surf y snorkel, y cada tanto logro vencer algunos, aunque hay otros que se topan como un muro.

-Hasta hace poco existía el prejuicio de que la televisión devaluaba al actor de cine.

-Generalizar no es bueno. Los prejuicios tampoco lo son. Pero sí es cierto que han existido estos prejuicios y hemos convivido con ellos. En Argentina hace años los actores de televisión no podían trabajar en teatro. Estaba mal visto, como si no estuvieran capacitados para hacerlo. Pero yo creo que son áreas complementarias y que forman a un actor de distintas maneras. Es cierto que el trabajo en el teatro es bastante más profundo porque tiene todo un proceso de ensayo y de trabajo sobre el texto y a veces en la televisión no tienes esa oportunidad por los tiempos. En Argentina también existía ese prejuicio respecto a la televisión pero porque nosotros estamos muy acostumbrados a la tira diaria.

-¿Qué es la tira diaria?

-Las telenovelas. Es un formato que lógicamente pierde calidad respecto al cine porque la factura de un producto así obliga a generar un capítulo por día. Casi 45 minutos por día, lo cual es un delirio; en cine se genera eso en un mes. Hay una pérdida cualitativa, pero no tiene que ver con los actores. También te entrena en el oficio para resolver. Creo que es un buen training la televisión también. Te hace estar alerta y resolver secuencias en uno o dos planos y eso en el cine es impensable. Parecen universos muy distintos que tienen puntos de conexión y que de todo se puede sacar algo positivo. Es bueno pisar los tres.

-¿El apellido Darin pesa?

-Pesa cinco letras y una tilde que en realidad no lleva, aunque la pongan en algunos lados. No siento que pese y, como nunca he probado otro apellido, no sé si son más livianos. No tengo punto de comparación. Adoro a mi padre y mi familia es maravillosa. Y es una persona muy querida y respetada, es amigo de sus amigos y buen padre. No me puedo quejar del apellido que llevo.

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