historia y cine La épica del western

130 años del duelo más famoso

  • Hace unos días se celebró el aniversario del mítico tiroteo del OK Corral, inmortalizado repetidas veces en películas, y leyenda de la joven historia norteamericana · Wyatt Earp se convirtió en un héroe entonces

Eran las 14:30 del 26 de octubre de 1881. Todo se produjo muy rápido, en apenas 30 segundos. Tiempo suficiente, sin embargo, para que hubiera 30 disparos y tres muertes, en un suceso que, 130 años después, sigue siendo legendario.

El cine ha convertido el tiroteo del OK Corral, en Tombstone (Arizona), en uno de los episodios más conocidos de la joven historia estadounidense. Antes habían contribuido a ello la memoria colectiva, la prensa e, incluso, la literatura. Y eso que no tuvo consecuencias significativas, y que ni siquiera fue precedido de hechos relevantes. Sus protagonistas tampoco eran conocidos en muchos puntos de ese estado. Pero Wyatt Earp acabó encumbrado por el imaginario popular de Estados Unidos como uno de sus grandes héroes, el mayor, quizá, en la épica del Lejano Oeste.

Que aquella historia de rencillas, venganzas y muertes a golpe de gatillo siga siendo popular en el siglo XXI se debe a la influencia de las películas. Hay, al menos, una docena sobre el duelo de Tombstone o alguno de sus protagonistas, aportación incluida del indiscutible gran maestro del género, John Ford.

Se han hecho versiones para todos los gustos, libres y fidedignas, más o menos espectaculares, pretenciosas, correctas y con resultados, artísticos e históricos, más que discutibles. Porque el tiroteo en OK Corral ha llegado hasta hoy deformado por las distintas visiones que se han ofrecido de él, hasta el punto de popularizar un lugar en el que, para ser precisos, no tuvo lugar. En realidad fue en un callejón vecino, sólo hubo tres bajas (los hermanos McLawry y Billy Clanton), ninguno de los participantes era buen tirador a excepción de Doc Holliday, y sólo las acciones de venganza posteriores provocaron la muerte de Morgan Earp y las graves heridas a Virgil Earp. Todo fue muy distinto a lo narrado en la ficción.

Probablemente la que con mayor celo se aproximó a los hechos es una de las más recientes, Wyatt Earp, una ambiciosa producción de 1994 realizada por Lawrence Kasdan y protagonizada por Kevin Costner en plena resaca de Bailando con lobos. Precisamente el actor no contribuyó mucho al resultado de la película ni tampoco Kasdan, a pesar de haber firmado con anterioridad un gran western, Silverado, en 1985. Pero grande es su valía por acercarse con mucha profundidad al personaje y ofrecer, además, Dennis Quayd, uno de los retratos más brillantes de John Henry Doc Holliday, el dentista pistolero tuberculoso, íntimo amigo de Wyatt.

Para hablar de Cine con mayúsculas hay que remontarse a 1946, cuando John Ford firmó Pasión de los fuertes, una narración llena de detalles ficticios pero de un lirismo y una profundidad como ninguna otra ha conseguido sobre los mismos protagonistas. Henry Fonda da una dimensión más humana al ayudante de sheriff y el sorprendente Victor Mature compone a un Holliday más atormentado y menos enfermo que otros.

Ford presumía de su recreación del tiroteo. Aseguraba haber conocido al auténtico Wyatt Earp, que le contó infinidad de veces la escena. Lo que es seguro es que el director se tomó varias licencias para su filmación, que, por otra parte, es de las más sobrecogedoras de cuantas se han hecho, sin música, con sonido natural y una atmósfera muy evocadora.

Esta cinta fue posterior a Frontier Marshall, de 1939, de Allan Dwan, y protagonizada por Randolph Scott y César Romero, como Wyatt Earp y Doc Holliday, respectivamente; remake, a su vez, de la película del mismo nombre dirigida 5 años antes por Lewis Seiler. En ésta, considerada la primera en recoger el famoso tiroteo entre los Earp y los Clanton, el personaje protagonista se llamaba Michael Wyatt.

Ambas versiones se inspiraron directamente en la biografía Wyatt Earp: Frontier Marshall, que publicó Stuart N. Lake en 1931, dos años después de la muerte de Earp. Fue también la base para John Ford y el primer retrato que contribuyó decisivamente a la creación del mito.

Puede que la más popular de todas las películas sea Duelo de titanes (1957), de John Sturges, con Burt Lancaster (Earp) y Kirk Douglas (Holliday), muy centrada en la relación entre los dos amigos, y cuya escena del tiroteo fue tomada durante mucho tiempo como la representación más realista.

Muy prescindible es la versión realizada en los años 70 por Frank Perry, Duelo a muerte en OK Corral, que ofrecía la visión de Doc Holliday, interpretado por Stacy Keach, y su relación con Katie Elder (Faye Dunaway). Harris Yulin hacía de un Wyatt Earp secundario, frío y violento, muy distante de la imagen que ha llegado hasta hoy de él.

Más reciente fue Tombstone (1993), de George Pan Cosmatos, rival del título de Kasdan, con Kurt Russell y Val Kilmer, en una apuesta por la espectacularidad en las escenas violentas, incluido el sangriento tiroteo final. Kilmer repetirá el próximo año con una película que aún no tiene título castellano, The first ride of Wyatt Earp, de Michael Feifer. Una nueva versión sobre el héroe de Arizona que, seguro, no será la última.

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