Días de Cómics

A ambos lados de la Ley

  • Spider (1965), de Ted Cowan, Jerry Siegel y Reg Bunn, es el primer personaje de cómic británico que comenzó sus aventuras siendo un supervillano antes de convertirse en un antihéroe

  • La Ley Sálica

El personaje 'Spider'.

El personaje 'Spider'. / H. I.

En 1967, los lectores españoles alucinaban con Spider-Man, que trepaba edificios y atrapaba a sus enemigos con telarañas; y que publicaba la editorial Vértice. Pero no se trataba del Spider-Man de Marvel, sino de un genio del mal. Con ese nombre conocimos en España a Spider, un clásico del cómic británico creado por el guionista Ted Cowan y el dibujante Reg Bunn. Cuando Marvel quiso publicar sus cómics en España, en 1968, no podían usar el nombre de Spider-Man porque lo tenía registrado Ediciones Vértice. Pagaron a la pequeña editorial española para recuperar el nombre y llegaron a un acuerdo para que Vértice fuera la que publicara aquí los cómics de Marvel. Spider recuperó su nombre original británico, aunque también fue conocido como La Araña o Flierman, debido a la popularidad en España del arácnido de Marvel.

Spider debutó en la revista británica Lion el 26 de junio de 1965. En la primera viñeta le vemos pegado a un edificio de Nueva York bajando con su telaraña a atrapar a un criminal, al que ofrece unirse a un imperio delictivo jamás soñado por el hombre. La serie se prolongó hasta el 24 de abril de 1969. Ted Cowan y Reg Bunn recogieron los conceptos imaginados por Ken Bulmer por encargo de la editorial Fleetway para ofrecer a sus lectores un carismático antihéroe de cuerpo atlético, orejas puntiagudas, pelo negro engominado y uniforme negro que se ajusta como un guante. Bunn bromeaba asegurando que los creadores de Star Trek le habían robado las orejas para Spock. La cara de Spider también guarda parecido con Namor, el Hombre Submarino de Marvel. En un buen puñado de entregas se hace referencia a pistolas de gas que supuestamente son inocuas, pero paralizan a sus víctimas. Cuenta con lanzarredes que le ayudan a escapar de sus perseguidores, ya sean policías, u otros delincuentes. Se desplaza en un utilitario volador. Su base de operaciones es un antiguo castillo escocés traído desde las islas piedra a piedra y situado en un lugar desconocido de las afueras de Nueva York. Spider se va haciendo con los servicios de un grupo de delincuentes, entre los que destacan los dos lugartenientes: el atracador Ray Ordini y el profesor Pelham, que adquieren un protagonismo acentuado en las historias.

Cuando Spider había protagonizado un par de historias, Jerry Siegel (guionista creador de Superman y del género de superhéroes) se había quedado sin trabajo. El editor lo contrató para sustituir a Cowan, al que encargó otras series. Siegel conectó enseguida con Spider, que desde entonces tendrá la peculiaridad de luchar a ambos lados de la Ley. El protagonista combate a los más peligrosos delincuentes para conservar su posición de rey del hampa bajo la atónita mirada de dos policías de Nueva York, Bob Gilmore y Pete Trask, a los que volverá locos con sus maquiavélicos planes. La galería de villanos es delirante; el Dr. Mysterioso, el Hombre Espejo, el Emperador Androide..., sin olvidar que rivalizó con un supergrupo de villanos, los Siete Secretos, a los que pudo derrotar con la ayuda de La Sociedad de Héroes. Los demás delincuentes siempre son más pérfidos que él, ya que una cosa es robar y otra asesinar.

Las tramas de la serie nos ofrecen una mezcla de relato pulp y cómic de superhéroes, con ladrones de guante blanco y utensilios a lo 007, que debuta en el cine tres años antes; también hay pinceladas cifi.

En 1965, las revistas inglesas estaban protagonizadas por personajes positivos que repartían su tiempo luchando contra el crimen, contra los nazi en la Segunda Guerra Mundial o protagonizando travesuras adolescentes. Al otro lado del charco, los superhéroes norteamericanos marcaban tendencia, con series como Los Cuatro Fantásticos escrita por Stan Lee; en la competencia, en Detective Comics, veíamos a Batman enfrentarse a su oponente de turno…

La otra gran publicación en cuyas páginas reinó The Spider fue en Fleetway Super Library, una revista mensual que recogía los principales personajes del semanario. Cada mes salían dos números de la revista, ambos dedicados a antihéroes: uno a Zarpa de Acero y otro a nuestro protagonista. Aunque hoy en día es habitual encontrar antihéroes, estos perfiles no eran para nada habituales en aquella época.

La próxima semana: Li'l Abner (1934), de Al Capp, una tira de prensa satírica estadounidense que narra las andanzas de una familia rural en una empobrecida ciudad de Kentucky.

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