Cultura

El adiós colombino al Capitán Veneno

  • El Carnaval de Huelva despide con pasodobles y recuerda la figura de Juan Carlos Aragón frente al Gran Teatro, “el escenario de todas nuestras coplas”

Cientos de personas se congregaron en recuerdo a Juan Carlos Aragón frente al Gran Teatro.

Cientos de personas se congregaron en recuerdo a Juan Carlos Aragón frente al Gran Teatro. / Alberto Domínguez (Huelva)

El mundo del Carnaval no volverá a ser el mismo, ni en Cádiz, ni tampoco en Huelva. El Colombino se rindió ayer al talento del genio de Juan Carlos Aragón, con el canto a coro del pasodoble de Los Yesterday, con el que, como con tantas letras, quedará en esa historia tan íntima y tan particular, que pasó del Falla en Cádiz a las calles de toda la comunidad, como algo que siente intensamente suyo. Fue la organización del Carnaval Colombino la que convocó a los grupos de la capital onubense a una concentración frente a la entrada del Gran Teatro, que quiso servir como un más que sentido homenaje al autor gaditano fallecido el pasado viernes, a quien consideran suyo.

La comisión del carnaval de Huelva hizo un llamamiento a todos los que quisieran participar en el homenaje para que se concentrasen en las puertas de “nuestro templo de las coplas”. La idea era que se recordara a algo más que un autor, a alguien “que marcó nuestra historia carnavalera en su memoria”.

El acto comenzó con un minuto de silencio, más sentido que de costumbre al adornarse con decenas de camisetas del Recre que llegaban del encuentro recién finalizado y que proclamó al Decano como campeón de su grupo y encaramado a la tarea del asenso a la categoría de plata del fútbol nacional. Las primeras palmas y un poco de organización: “vamos a sentarnos todos y cuando cantemos aquello de Vía poner de pie, nos ponemos todos de pie”. Dicho y hecho. El punteo de las primeras guitarras, desgranó los primeros compases y fue una constante desde “Aunque diga Blas Infante/Andaluces levantaos / Perdón que no me levante/ Pero estoy mejor sentao”.

El final fue cantado casi a coro de una letra con un autor llorado que consiguió hacerla patrimonio de todos. “Si este pueblo se le arrodilla / A una espada y a una mantilla / Este pueblo me da vergüenza / Menos rollos de verdes mares / De campiñas y de olivares / Que así luego nos luce el pelo / Casta / Después te ponen las series de Emilio Aragón / Pim, pom / Con sus castas / Y aparece en el mas ínfimo escalón / De su estrecha jerarquía / El servilismo mamón / De las marmotas de Andalucía”.

Guitarras y voces, recuerdo de los Yesterday en memoria de Juan Carlos Aragón. Guitarras y voces, recuerdo de los Yesterday en memoria de Juan Carlos Aragón.

Guitarras y voces, recuerdo de los Yesterday en memoria de Juan Carlos Aragón. / Alberto Domínguez (Huelva)

Todos quisieron decir algo, aquello que les unía a un talento peculiar a quien ya se echa de menos. Juan Carlos Aragón compartió horas con quienes compartían con él una manera de entender el Carnaval. Con más que notables diferencias entre ambos, cada uno en su lugar de origen, el Colombino desplegó lo mejor de sí mismo y en una tierra poco acostumbrada a ciertos homenajes, donde es más seguro airear diferencias o entrar en lo más simple, ayer fue justamente esa sencillez la que hizo asomarse a las ventanas de la plaza del Gran Teatro a todos a cuantos el homenaje pilló en su casa.

En un día de celebración, ésta se dejó a un lado para rendir un homenaje, un recuerdo a quien probablemente cambió la historia del Carnaval para siempre, no importa dónde se celebre éste.También hubo concentración de políticos, de unos y otros partidos, quienes a la luz de unas votaciones a las que les queda una semana para poner a cada cual en el sitio que la ciudadanía quiera, se acercaron para sentarse con la gente a la que llevan días pidiéndoles que se acuerden de ellos.

No hizo falta. Los protagonistas eran otros. Conscientes de lo que han perdido y aún incrédulos de lo que una enfermedad les arrebató, el Carnaval Colombino quiso decir adiós con las palabras y la música que el propio Aragón dejó para la posteridad. Tan sencillo como unas voces y una guitarra que en pocas ocasiones dijeron tanto.

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