De Villena reivindica la contracultura como alternativa al sistema actual

El escritor presentó su novela 'Malditos' que es una crónica de la generación intelectual de la década de los 70 · Con su presencia, la Diputación abre su ciclo 'Literatura en el Hotel París'

Enrique Morán / Huelva

26 de mayo 2010 - 10:46

El escritor madrileño Luis Antonio de Villena fue el encargado ayer, de abrir el ciclo Literatura en el Hotel París que organiza la Diputación y que por el que próximamente pasarán otros escritores como Juan José Millás, Rodrigo Fresán, Manuel Vicent o Fernando Savater.

De Villena fue presentado por el poeta y periodista José Luis Piquero quien lo definió como "una de las figuras clave de la literatura española actual. Argumentó que su último libro Malditos es "una crónica de plena libertad, un canto a la heterodoxia y a la gente que busca vivir en libertad".

Aunque el propósito principal de la presencia de De Villena en el Hotel París era la presentación de Malditos, en el acto hubo cabida para la reflexión sobre la amplia variedad de temas que se entrelazan en esta obra y que supone algo parecido a un espejo de unos momentos que antecedieron a la famosa y popular movida madrileña.

En Malditos, Luis Antonio de Villena se remonta a su juventud. En un momento determinado, recordó que este año cumple su 40º aniversario en el mundo de la literatura e invocó el hecho de que "pude tener contacto con una generación un poco mayor que yo pero que se entroncaba en el mundo de la contracultura".

Cronológicamente, Luis Antonio de Villena sitúa Malditos en la década de los 70, es decir, los últimos años del franquismo y lo que se vino en llamar la transición. No es por lo tanto, la crónica de la movida madrileña sino lo que ocurrió unos años antes. De Villena apuesta precisamente por esta década de los 70 que consideró haber sido mucho más intelectual e interesante que la década de los 80: "La movida fue cultureta y popular, pero en los años 70 había gente muy culta y que amaba la libertad individual".

Los personajes reales y de ficción se entremezclan en la novela que la definió como "una crónica de plena libertad", que se enraíza en la generación beat y que tenía como lema, sexo, droga y rock&roll . De Villena comentó que "era gente de la contracultura, muy obsesionada con el concepto de la libertad individual". Recordó que en aquel entonces, las drogas tenían "un concepto intelectual como era el caso del LSD" a las que se recurría con la pretensión de abrir la mente, hasta que llegó otro tipo de drogas como la heroína que "ya no eran asimilables".

Toda esa generación quería ser maldita, pero en el concepto francés maudit -distinto- y al estilo de Baudelaire o Verlaine. El sida y las fuerzas reaccionarias representadas por Ronald Reagan, Margaret Thatcher y Juan Pablo II que surgen en los años 80 acabaron con esa etapa de libertad, el poder corta esa tendencia: "Son personajes que comienzan a decir que la libertad no es buena porque lleva al libertinaje". Para Luis Antonio de Villena, la contracultura no es una fase concluida sino que se presenta en el día de hoy como una tercera vía que "nos dice que otro mundo es posible".

Esa alternativa se traduce en los movimientos ecologistas y altermundistas. El escritor se mostró convencido que junto a la crisis económica, "el mundo está viviendo un momento crucial y pienso que estamos acabando una etapa de la historia. Dentro de 30 años o no habrá mundo o tiene que haber un mundo nuevo"; de hecho recordó que en los años 70 se mostraba en contra tanto del socialismo de la Unión Soviética como del sistema capitalista que es el que ha pervivido.

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