Toros

Carlos Tirado vence y convence en la tarde novilleril de Villarrasa

  • Dos orejas y rabo para el ayamontino.

  • Guillermo Luna, Enrique Toro y Juan Antonio Vázquez cortan dos y El Cumbreño remata su labor con el corte de otra oreja

Seis vestidos de torear andaban a eso de las seis cruzando el albero de Villarrasa. Seis historias diferentes; seis oficios diversos metidos en esa maletita con la que andan el toreo esos seis nombres que ayer tarde llenaban de Huelva el cartel de toros.Diferentes andaduras frente al toro. Desde quien aquilata curriculum hasta quien debutaba ayer en público. Todo eso dentro de una tarde no da para una crónica exigente ni mucho menos. Pero tampoco para obviar lo que vienen enseñando ya algunos en lo que debe ser su realidad torera.En esa mescolanza de sensaciones debe discurrir el relato que salpica de letras ahora mismo esta página sin querer quitarle nada a ningún chaval pero tampoco tapar esos defectos lógicos que un cartel tan joven está destinado a enseñar. Que debe enseñar para hacer todo más natural y real.Por eso el relato es menos de muletazos y más de superación, triunfos o pesadumbres._Es esta una crónica que cabalga entre la épica y la vergüenza torera que deja la actuación de El Cano, un debutante frente a un novillo ingobernable que no le perdonó nada; que navega entre esa faena de menos a más de Juan Antonio Vázquez al que cerró plaza o que se pierden entre la mala fortuna de un eral áspero y sin clase con el que Quique Toro sorteó otra vez una lidia dura y sin motivos de brillo.Una crónica que quiere entender una faena extensa y dispersa pero de mucha voluntad torera como la de El Cumbreño al primero de la tarde. Quiere entenderla.En medio de todo eso está esa manera innata de respirar el toreo de Carlos Tirado. En medio de la nada, a la tarde la sale esa soberbia forma de juventud con la que el ayamontino mira al toro desde la perfecta colocación, la mesura en el tiempo y el sosiego con el que mide el valor y la estética. La rúbrica de tirarse a por todo firma una cosa importante. También una esperanza torera.En otra esquina de esta crónica, Guillermo Luna expresa cosas importantes frente a un novillo rajado con el que crear otra de las faenas llenas de mérito en la tarde. Dijo el triguereño las cosas con bastante dosis de oficio y excelentes maneras con la virtud de no aburrirse. Bonito. En las maneras de un chiquillo de Cortegana se encierran esperanzas. Las que dejó cerrando una tarde creyéndose con la muleta lo que no había confiado con el capote. De menos a más. Muy a más.

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