Hacía cinco años que Juan Fernández (Ayamonte, 1950) no exponía en solitario sus cuadros en Huelva, desde su recordada exhibición de paisajes urbanos madrileños en el Colegio de Arquitectos de Huelva. Mañana volverá a la capital onubense, por primera vez en el Museo, aunque no realmente en una muestra individual. Está acompañado en esta ocasión por Juan Ceada (Huelva, 1941), amigo, exalcalde de la ciudad y poeta en ebullición, que hace pocos meses presentaba su primer poemario, En Europa hacen falta poetas (Niebla, 2017), y ahora tira de él para acompañar con sus versos la pintura. Hasta el 1 de julio se podrá ver el resultado en la salas 0 y Siglo XXI.

Ceada destaca que De palabras y colores es una exposición insólita, por cuanto reúne obras enmarcadas de pintura y poesía, acompañada de una suerte de guía para el deleite del espectador en el recorrido, con unos códigos QR que llevan a una locución del propio autor recitando sus versos con música de fondo. Es una selección de 15 poemas, entre el centenar que contiene el libro de origen, y que en este caso acompañan un total de 35 obras del ayamontino.

Y es la parte pictórica de la muestra la que tiene para el público onubense grandes atractivos, por la oportunidad que supone de profundizar en la figura de Juan Fernández a través de su obra, lejana por su vida en Madrid hace décadas, aunque siempre cercana y accesible, con esas aguas atlánticas tan presentes en pinceladas e inspiración, a su lado en su retiro habitual de su casa-estudio ayamontina.

En esta selección que empieza a correr con los versos de Ceada, el ayamontino deja una destacada representación de sus reflejos acuáticos, que caracterizan su producción de los últimos años, pero también esos paisajes urbanos de Madrid, en los que la fluidez la aporta el asfalto de grandes avenidas, infinitas en su punto de fuga, además de las composiciones de artilugios y antigüedades que trascienden el concepto clásico de bodegón o ese interesantísimo conjunto de retratos, 27 aquí reunidos, como parte de ese reto centenario que se ha marcado, con Cien miradas por título.

Juan Fernández rehuye de los elogios de sus reflejos que le vinculan al hiperrealismo, corriente, asegura, de fría concepción norteamericana, alejada del realismo patrio, "con más alma, más entusiasta". Y eso transmite esta amplia mirada a su obra de los últimos 32 años, en la que se asoman incluso piezas más cercanas al impresionismo, al dictado de la naturaleza que encontró en escapadas por los alrededores de Madrid.

Pinturas y poemas, voces y miradas enmarcadas, aquí reunidas en el Museo de Huelva primero, luego en el Ateneo de Madrid, en León y en Sevilla, en diálogo abierto con el espectador, dispuestos para que interactúen y encuentren versos que nacen en el suroeste para proyectarse al mundo.