Fila siete

Turismo de riesgo

Al Andalus Punta Umbría.- T.O.: 'Chernobyl diaries'.- Producción: Estados Unidos, 2012.- Duración: 90 minutos.- Dirección: Bradley Parker.- Guión: Oren Peli, Carey Van Dyke y Shane Van Dyke basado en un argumento de Oren Peli.- Fotografía: Morten Soborg.- Música: Diego Stocco.- Diseño de producción: Aleksander Denic y Matthew Sullivan.- Intérpretes: Jesse MacCartney, Olivia Taylor Dudley, Jonathan Sadowski, Ingrid Bolso Berdal, Nathan Phillips, Devin Kelley, Dimitri Diatchenko

El turismo de riesgo es otro de los atractivos para viajeros amantes de nuevas experiencias aunque puedan entrañar peligros imprevisibles y trances sorprendentes. Pero hay gente para todo como los protagonistas de esta historia ideada por el artífice de Paranormal activity (2007) -aviesa visión de los fenómenos tipo "poltergeist"-, Oren Peli y productor de su secuela realizada en 2010 por Tod Williams. Es indudable que una película como El proyecto de la Bruja de Blair (1999), marcó una nueva tendencia en el cine de terror que algunos realizadores han seguido más o menos fielmente o con una inclinación claramente imitadora, como nos recordaban los anteriores títulos citados de gran éxito taquillero.

Por eso el afortunado Oren Peli, por el predicamento comercial de sus películas, vuelve en cierto modo a las andadas recurriendo de nuevo al terror y siguiendo a seis jóvenes de vacaciones que en busca de inéditas e insólitas emociones, contratan a un guía. Sin hacer caso de las advertencias, les conduce a una ciudad, Pripyat (Ucrania), una de las poblaciones evacuadas tras el accidente que se produjo en la central nuclear de Chernóbil en 1986. Ahora es una ciudad desierta, destruida y asolada por la catástrofe. Tras una breve exploración entre los restos de la gran urbe desolada, los jóvenes empiezan a verse sorprendidos por extrañas presencias. Descubren que no están solos.

Como en los casos anteriores el realizador de esta película, Bradley Parker, nos plantea una historia de terror con una cierta sencillez y demuestra como un proyecto económico realmente ínfimo puede causar un intenso impacto entre el público. Partiendo de un guión igualmente mínimo y de una puesta en escena entre minimalista y de una austeridad absoluta, logra expresar ese aliento del terror, ese sabor del miedo, esa paranoia del pánico, ese pavor por el riesgo desconocido.

Obviando el uso del vídeo doméstico de sus films precedentes, Atrapados en Chernobil resulta más cinematográfica y entraña una mayor elaboración argumental, aunque propenda igualmente al sensacionalismo, facilitado sobre todo por el entorno terrorífico y devastado, la amenaza latente e incontrolable de los efectos radiactivos y los peligros insondables. Con toda su corrección técnica y estética aunque no visual, la historia es totalmente previsible con lo cual la posibilidad de suscitar sorpresas en el espectador se ve más limitada a medida que avanza el relato.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios