La obra de Teresa Peña se presenta en el Año Jubilar de San Pablo
La exposición abierta en la Fundación Caja Rural del Sur muestra parte de los fondos depositados en el Obispado de Huelva y en el Monasterio de Santa Clara
La obra de la pintora Teresa Peña abre las actividades culturales del Año Jubilar de San Pablo con una exposición en la que se hace un recorrido por su obra y en la que se ponen en evidencia el modelo paulino.
Con motivo del Año Jubilar Paulino el Obispado de Huelva ha preparado una exposición diocesana titulada Huellas de San Pablo en la pintura de Teresa Peña, que se encuentra abierta en la sala de la Fundación Caja Rural del Sur, de la calle Mora Claros hasta el día 23. Una exposición que ha realizado la Delegación Diocesana de Patrimonio Cultural comisariada por Manuel Jesús Carrasco Terriza y el asesoramiento científico de Karmele Ayo Udondo, directora del Museo Homenaje a Teresa Peña en Entrambasuagas de Mena.
María Teresa Peña Echeveste, nace en Madrid, el 31 de Julio de 1935, aunque pasa su infancia en Oña (Burgos). A los dieciocho años ingresa en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando y en 1965 gana por oposición el Premio Roma, que le concede una beca para estudiar cuatro años en la Academia Española de Bellas Artes de Roma, siendo la primera mujer en conseguirlo.
Al terminar la carrera trabajó en un estudio de la calle Hortaleza y además, para completar su formación, asistió en San Fernando a cursos de Pintura Mural, Técnica del Fresco y Restauración. Mujer, pintora y mística, no llegó a cuajar en sus experiencias conventuales, orientándose finalmente hacia el campo de la marginación, temática que inundó su obra de semántica solidaria.
Teresa Peña, mermada por una cruel enfermedad, se traslada al Valle de Mena, donde pasa sus últimos años sin detener su potencial creativo, hasta que el 25 de julio de 2002 fallece víctima de un tumor cerebral inoperable y de corta resolución.
El obispo Huelva, monseñor José Vilaplana conoció personalmente a la pintora y fue designado depositario de parte de su obra que en la actualidad decoran los pasillos del Obispado. El resto de la colección se encuentra en el Museo Diocesano. De entre todas estas obras el propio obispo, conocedor y apasionado de la pintura de Peña, se ha encargado de realizar la selección para esta muestra de reseñas paulinas, cuadros que están acompañados de citas del epistolario del Apóstol de los Gentiles. Monseñor Vilaplana dice que el encuentro con la pintura de Teresa Peña "produjo en mí una profunda y grata impresión, porque en ella veía plasmado un sueño que siempre me acompañaba: descubrir artistas modernos de calidad que, al mismo tiempo, fueran profundamente cristianos". Una obra que estaba pendiente de mostrar a la sociedad onubense y ha sido la celebración del Año Jubilar de San pablo la ocasión especial para ello. Los cuadros de Teresa Peña, como recuerda el propio obispo, no fueron pintados para esta ocasión, sin embargo la impregnación cristiana de toda su obra "nos permite encontrar huellas lo que constituye el mensaje de Pablo, siempre actual, Con libertad, hemos buscado las obras y los colores que nos ayuden a evocar el mensaje paulino, conectándolo con la sensibilidad del presente, porque Teresa siempre da a sus personajes una proyección actual".
Las claves para entender la obra de Teresa Peña, en palabras del obispo de Huelva, son su propia pasión por la pintura. "Teresa es una pintora nata, desde su más tierna infancia, hasta su enfermedad y muerte; la seguridad de sus trazos, el dominio de la luz lo manifiesta". Por otra parte, es una pintora que "sufre con todo lo humano, con los pobres, los marginados, pero sufre con ternura y esperanza". Y una clave fundamental, "es una pintora que busca a Dios". Ella misma lo decía: "Sobre ese vacío del negro, ausencia de todo, trato de iluminar con luz las figuras que emergen. Pero con una luz hecha de amor trascendente, que aún en las situaciones más oscuras de la vida del hombre, le dé una esperanza definitiva de luz y amor. Esa luz esperanzadora, que disipa las tinieblas no es otra que la luz absoluta, es decir, Dios".
De Teresa Peña se ha dicho que es una pintora tocada por la verdad, apasionada por la luz y la trascendencia. Una mujer de hondo humanismo cristiano, ha aportado una iconografía recia y profunda de acento bíblico con el que ha expresado las realidades trascendentes. Una artista en la que el compromiso religioso acapara la mayor parte de su obra más madura.
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