"Siempre somos la novia de, la mujer de, no dejamos de ser un objeto"
Noemí Ruiz. Actriz
Es Trini en 'Allí Abajo', serie que comienza en breve la emisión de su tercera temporada, pero en Málaga es también una de las Caramala, compañía que estará todo marzo en la Sala Maynake.

Habla con devoción de su trabajo y con la dicha de saberse una afortunada en un mundo difícil. Transmite una simpatía contagiosa y parece tan guapa por dentro como lo es por fuera. La actriz Noemí Ruiz (Málaga, 1985) está ansiosa por que se emita la nueva temporada de Allí Abajo, por saber cómo funciona, por pulsar la opinión de la gente. Aunque tiene mucha confianza en ella. "Es muy divertida", dice. Mientras, todos los fines de semana de marzo dejará la grabación para subirse a las tablas de la Sala Maynake y hacer algo que le apasiona, teatro.
-¿Cómo llegó a la serie?
-Fue curioso. Llevaba tiempo dedicándome al teatro, casi diez años con la compañía malagueña Caramala. El audiovisual fue mi arranque, siendo muy joven me fui a Madrid e hice muchas cosas. Pero con 22 me surgió la oportunidad de montar Caramala y me centré exclusivamente en el teatro. Aún así fui al casting de La isla mínima e hice una prueba de cámara. Nunca más tuve respuesta, pero dos años más tarde las directoras de casting me recordaban y me llamaron para Allí Abajo.
-¿Y le ofrecieron directamente el papel?
-Me llamaron para una prueba para hacer el personaje que hace María León en la serie, el de Carmen. La hice, pasó tiempo y me llamaron para el personaje de Trini. Así entré. Fue de esas cosas que no te esperas.
-¿Qué le ha supuesto participar en una serie de tirón, sobre todo viniendo del teatro?
-Son dos estilos de vida completamente diferentes, la verdad. El teatro no lo cambio por nada, pero la vida de actriz de teatro es muchísimo más difícil que dedicarte a la televisión o hacer cine. La serie me ha facilitado la vida a todos los niveles. Cuando actúas en una sala llegas a un centenar, a un millar de personas. En el primer día de emisión de Allí Abajo nos vieron 6,2 millones de personas. Se te abren muchas puertas.
-¿Se mudó a Madrid?
-Sí. En Madrid la gente me ha acogido muy bien, está siendo fácil. En el momento en el que estás en emisión, estás en esa racha que parece que todo va bien, es fácil. Y eso se agradece, aunque sea por un tiempo, porque es una profesión muy dura. Hay que valorar poderte parar, apoyarte un poco y respirar. Por eso estoy intentando disfrutar lo máximo posible y coger fuerzas para cuando vengan las vacas flacas, algo que en nuestra profesión es muy fácil.
-¿Por los rostros más jóvenes que llegan detrás?
-Bueno, eso está cambiando ahora. Tengo 31 años y hace una década actrices como María y como yo no seríamos las chicas de la serie. Paula Echevarría se ha convertido en un icono y tiene cerca de 40 años. Están cambiando los roles y también el canon de interpretación. En el momento actual creo que no se busca tanto a jovencitas como hace unos años que había ese boom de adolescentes. Ahora te encuentras a gente más madura y adulta. Se está apostando por una interpretación mucho más de verdad, se busca más el talento que la imagen.
-Ese cambio supongo que es fundamental para los que se dedican a la profesión...
-Pues sí. Es fundamental. Y creo que viene de corrientes extranjeras, de series americanas, inglesas es las que parece obvio que el que sean guapas no es la única condición, sino que tengas un bagaje y puedas llevar un papel. Cada vez se apuesta por guiones mejores y hay secuencias que una actriz que no sea actriz, que simplemente sea una niña mona, no puede hacer. Y de eso se están dando cuenta los directores y productores.
-¿La mujer lo tiene más difícil?
-Las mujeres lo tenemos muchísimo más difícil, es así, y en esta profesión también. No se escriben personajes femeninos, hay muy pocos. Siempre somos la novia de, la mujer de, no dejamos de ser un objeto y es duro. Lo que llevo peor es esa perfección a la que estamos sometidas, esa competitividad, ese no poder desmontarse...
-En Allí Abajo, sin embargo, tiene un personaje de poder.
-Trini tiene un puesto de muchísima responsabilidad, una mujer en un mundo de hombres, es muy de armas tomar. Es raro ver a una mujer joven dirigiendo una de las clínicas privadas más prestigiosas de Andalucía, por lo que siempre está muy estresada. Va ceñida, con tacones y se tiene que poner la careta todos los días para sobrevivir en ese mundo.
-¿Qué le ocurre esta temporada?
-Pues que llega muy al límite. Tiene una trama muy divertida, para mí ha sido un regalo absoluto. La historia es maravillosa, aunque se vuelve muy despiadada y llega muy al límite. Pero al final se desmonta y ahí se verá a la Trini verdadera.
-¿La producción de las plataformas digitales están abriendo nuevos campos para los actores?
-Sí, claro. Están apostando por la producción y eso es lo que hace falta en este país, porque no hay industria. La precariedad laboral que tenemos, la inestabilidad y que las cosas funcionen de esta forma es porque no hay industria. Es difícil poder reivindicar ni siquiera nada porque no hay industria.
-¿Hace falta mayor implicación institucional?
-Totalmente. Parecemos pesados hablando tanto del 21% de IVA pero es que es brutal. Aunque también lo es el poco apoyo que hay a la industria del cine, del audiovisual, que se la han cargado. Tenemos ritmos de grabación que no son normales, que generan ansiedad, y eso es porque se intentan hacer cosas muy potentes cada vez en menos tiempo por una cuestión de dinero. Todo se ha reducido a la mitad y los sueldos han caído, cada vez hay menos dinero... Lo que pasa es que la gente sigue teniendo ganas de contar historias y al final vamos evolucionando y las historias son mejores y la forma de contarlas también. Pero la única oportunidad es exprimir.
-¿Qué le aporta el teatro?
-Para mí lo es todo y lo echo muchísimo de menos. Aunque también te acostumbras al ritmo de rodaje y se echan en falta las cámaras. Lo que me gusta es actuar en cualquier medio, pero Caramala significa casa, el sitio donde siempre quiero volver. Tenemos una dinámica familiar, una relación muy buena entre las tres, como socias y casi hermanas, nos respetamos mucho los trabajos de cada una, entendemos que esta profesión es muy difícil y no se puede desaprovechar nada. Aunque intentamos llevar un equilibrio en el que no se frene la producción.
-¿Y el cine?
-Pues es el terreno que menos he pisado y al que le tengo muchas ganas. Imagino que ya llegará, tampoco tengo prisa. Todo sale en el momento oportuno. Tengo un proyecto muy chulo que supuestamente va para septiembre aunque aún porque no está cerrado y no quiero que se gafe.
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