Siempre es carnaval

Siempre es carnaval
Siempre es carnaval

29 de mayo 2014 - 05:00

Multicines Al Andalus Punta Umbría.- Producción: España, 2013.- T.O.: 'Alegrías de Cádiz'.- Duración: 117 minutos.- Dirección: Gonzalo García Pelayo.- Guión: Pablo García Ganga e Iván García Pelayo.- Fotografía: José Enrique Izquierdo.- Música: Fernando Arduán y Pablo Cervantes.- Intérpretes: Fernando Arduán, Marta Peregrina, Óscar García Pelayo, Beatriz Torres, Jeri Iglesias, Laura Espejo, Silvana Navas, Raúl Puerta, Silvana Navas, Javier García Pelayo

El caso del director madrileño, aunque muy vinculado a Andalucía, es muy singular en la cinematografía española, tanto en su dedicación a este sector desde muy joven como a otros de multifacética expresión artística y profesional en el mundo audiovisual: la radio, la música, la televisión o como aventajado jugador de casino, recordemos la película The Pelayos (2011), de Eduard Cortés. Su trabajo como director ha sido notable desde que debutó con Manuela (1975), basada en la novela de Manuel Halcón, santo y seña de un pretendido cine andaluz, hasta Corridas de alegría (1982) tan discutida como Rocío y José (1983), historia ésta que se desarrolla en el curso de la Romería rociera.

Éste último trabajo suyo que hoy nos ocupa, que tuviera una nominación a la mejor canción en los Premios Goya de 2013, y cuyo estreno no ha tenido mucho relieve entre las últimas novedades de la semana, se estrenó en el Festival de Viena Viennale 2013, en noviembre del pasado año, donde también se presentó un ciclo de cinco películas de Gonzalo García Pelayo, transcurre durante los Carnavales donde tres amigos, un jugador de póquer, un cantautor y un boxeador, se enamoran de la misma mujer, Pepa, por aquello de la Constitución de 1812, apodada popularmente La Pepa. Un personaje encarnado por cuatro actrices diferentes que pretenden representar a la mujer gaditana.

El realizador, inédito en la gran pantalla desde Rocío y José, ocupado en otras dedicaciones no precisamente cinematográficas y que ha recibido recientemente una especie de homenaje por parte de la Galería Nacional Jeu de Paume de París, el ciclo llamado Viv®e la vie, proyectándose algunas de sus películas, vuelve treinta años más tarde, con un film que parece retornar a su vieja temática de ruptura con las formas tradicionales. Sobre una muy convencional historia romántica utiliza muy discutibles y ocurrentes elementos que incluyen el proceso de realización de la propia película.

En el desarrollo de la trama se produce un intercambio de parejas que recuerda pasajes de su película Frente al mar (1978), lo cual le da un aire trasnochado y manido. No obstante Gonzalo García Pelayo que se ha definido como el "eslabón perdido entre Buñuel y Almodóvar", recobra la esencia de lo más sobresaliente de su cine que mezcla el surrealismo y la realidad más relevante, los aires renovadores de su cinematografía de entonces tan prometedora y rupturista. Entre documental y ficción lo que parece una secuela de Vivir en Sevilla (1978), alude a ese espíritu de carnaval omnipresente en tantos aspectos de la realidad. Otra interesante experiencia en la obra cinematográfica de este realizador de personalidad muy peculiar que, afortunadamente, ha vuelto a la dirección.

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