La Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) vuelve al que siempre ha sido su hogar, el Teatro de la Comedia, el próximo 16 de octubre, con el estreno de El alcalde de Zalamea para iniciar una temporada que girará entorno a las figuras de Cervantes y Shakespeare. Con una proyección de imágenes de ensayos y momentos cotidianos de la compañía, se iba llenando, poco a poco, el patio de butacas del coliseo que recibía al Coro de Jóvenes de Madrid al son de Media vita y morte sumus (En el medio de la vida estamos en la muerte), un canto del siglo X al que se le atribuyen influencias mágicas y protectoras como buen augurio de "esta nueva etapa".
"Todavía se resbala cuando entras en muchos sitios", bromeó ayer la directora de la CNTC, Helena Pimenta, durante la presentación de la programación 2015-2016, sobre las obras de rehabilitación que han mantenido el espacio cerrado durante 14 años. El 16 de octubre, ella misma será la encargada de cumplir el "hermoso sueño" de estrenar una obra sobre las tablas de la Comedia, una versión de Álvaro Tato de El alcalde de Zalamea.
El montaje será una versión "fiel" de la obra de Calderón de la Barca, pero sin entender fidelidad como "rigidez", sino como "diálogo pasado", según Tato, que se mostró exultante al pisar de nuevo las tablas del escenario en el que "robó" de niño un pétalo de un montaje de Adolfo Marsillach con la promesa de volver algún día a pisarlo como artista. Con un reparto encabezado por Carmelo Gómez, la obra compartirá cartel esta temporada con "dos grandes genios de la literatura universal", Shakespeare y Cervantes.
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