Santi Vasallo y la humildad del gran músico

Santi Vasallo y la humildad del gran músico
Santi Vasallo y la humildad del gran músico

20 de noviembre 2011 - 05:00

Todos los grandes aficionados a la música en Huelva sabemos de más quién es Santi Domínguez Vasallo. Enorme talento, quizás desperdiciado, en las manos de unos de los más enormes músicos que se han dado en las últimas décadas. Guitarrista versátil, enamorado literalmente de la música y una persona increíble, es el referente de muchos guitarristas que ya quisieran saber la algo de sus extensos conocimientos.

Empezó a tocar la guitarra cuando tenía catorce años. En esa época su familia pasaba por un mal momento por la muerte de su padre y él quería una guitarra, soñaba con ella. La situación económica era complicada, pero a veces los sueños se cumplen. Un día, un tío suyo le despertó porque había encontrado en la basura una guitarra, arañada, pintada, con el mástil como un arco; pero para él era como si le hubieran comprado una Stratocaster americana. Recuerda que su primer día de toma de contacto con la nueva guitarra, se llevó toda una tarde para poner Fa, con lo que su hermano casi le parte la guitarra en la cabeza.

A nivel formativo se jacta de haber aprendido de manera autodidacta, tocando con gente y fijándose en las manos de los guitarristas donde pisaban las cuerdas. Como intérprete arrancó a tocar con amigos, formando parte de grupos de Huelva como A Rayas, JaKe Mate o Revolcones.

Sus principales trabajos han sido pocos, pero muy gratificantes en el terreno personal. Formó parte de algunos de los mejores grupos de Huelva, como son Sentados y Pensativos y Tasca, con los cuales ganaron concursos de maquetas nacionales y regionales. Ha participado en la ópera rock Jesucristo Superstar, promovida por el conservatorio de Valverde con la que recorrieron varios teatros de la provincia. Pero una de las cosas que más ilusión le hizo fue tocar con Pepe Roca y Alameda, sustituyendo al gran Álvaro Girón. También se siente agradecido y encantado de haber grabado alguna que otra guitarra en el último disco de la banda Och8 Vientos.

Últimamente está trabajando con su nuevo grupo, Emisarios, en el cual tienen un lazo de amistad muy importante. Intentan tocar, pasarlo bien que es de lo que se trata, sin tener más pretensiones que disfrutar de lo que hacen.

Le gusta ser positivo; se podría hablar de la música como negocio y empezar a debatir sobre lo mal que está todo, sobre la piratería, sobre las ventas inesperadas a nivel nacional o internacional, de la típica canción cutre del verano, etcétera, etcétera. Pero intenta ver la música como un medio de expresión de sensaciones, de sentimientos, de estados de ánimo, de mensaje al igual que los olores son capaces de hacernos recordar cosas, la música tiene esa magia. Le gusta la música, disfruta con ella, se emociona, se levanta pensando en música y sueña con ella. Por eso no quiere saber nada de listas de ventas, no quiere ver esto como una competición a ver quién vende más o de quién puede sacar mayor tajada.

Piensa que Huelva desprende cultura en todos sus sentidos, siendo los mejores en todo: "Cultura, gastronomía, clima, tenemos sierra, tenemos mar, tenemos campo, tenemos a los mejores músicos, a los mejores poetas, a los mejores pintores, las mejores fiestas… y suma y sigue". Para Santi, lo más importante, es saber vendernos y apoyarnos siempre, ya que a veces nos tiramos piedras en nuestro propio tejado.

Centrándonos en la música, cree que en Huelva hay poca oferta musical. Le gustaría que sitios como la Casa Colón o el Gran Teatro contasen con la participación de los músicos de Huelva. Recapacita que tocar en un bar está muy bien, pero lo que a los músicos les pone es tocar en escenarios con un equipo decente, escucharse bien y que te escuchen. En un bar la gente no va a escuchar música en un porcentaje muy alto, les molesta tanto volumen. Hay que educar al público. Al igual que los que practican deportes quieren pabellones, pistas de pádel y canchas de baloncesto, a los que les gusta la música quieren sitios donde poder escucharla y apreciarla. No estaría mal crear un certamen de rock en el Gran Teatro o algo parecido.

Por lo tanto, reivindica locales de ensayo, sitios donde tocar. "Los músicos no somos peludos ni fumamos porros, ni estamos locos; solo queremos tocar". Afirma. Al igual que los carnavaleros, los cofrades o los rocieros tienen su momento de gloria, piensa que ellos también quieren tener el suyo, así de simple. Lo único que le pide al destino es poder seguir tocando, disfrutando de la música y divertirse con ella.

stats