Cultura

Sánchez Canales recoge en un libro las 75 romerías de los rocieros de Gibraleón

  • Ilustrado por centenares de fotografías, muchas de ellas inéditas, la obra culmina con el texto del pregón de 2010

La Iglesia Conventual de Madre de Dios del Vado fue escenario de la presentación del libro Rocieros de Gibraleón/75 años haciendo el camino, del que es autor el periodista onubense José Sánchez Canales. Anteriormente la obra fue presentada ante los medios de comunicación en la Diputación Provincial de Huelva, ya que el organismo supramunicipal ha sido el encargado de financiar la edición. El acto se desarrolló en medio de un gran ambiente rociero, el libro era esperado con impaciencia por la gran familia rociera olontense como culminación de la celebración en 2010 del 75 aniversario de la Real e Ilustre Hermandad de Nuestra Señora del Rocío, creada en 1935.

El autor se dirigió a la numerosa concurrencia para explicar los antecedentes de la obra, que le fue encargada por la Comisión Organizadora del 75 aniversario. Editada en gran formato y con 480 páginas e impresa en la Imprenta Provincial, consta de ocho partes y una novena en forma de apéndices, hasta un total de 47 capítulos, que se inician con una introducción en el ámbito socio-religioso del Rocío y culminan con el texto del pregón rociero de 2010, además de gran número de testimonios y vivencias de antiguos miembros de las distintas juntas de gobierno y rocieros en general. Todo un compendio ilustrado por varios centenares de fotografías, muchas de las cuales han visto la luz por primera vez al ser publicadas en el libro y gracias a las aportaciones de numerosos rocieros que las han rescatado y puesto a disposición del libro y que aportan un gran valor histórico y documental a la obra.

Sánchez Canales manifestó su satisfacción por las incontables muestras de adhesión recibidas y las facilidades dadas por la propia Hermandad de Gibraleón, además de haber contado con el apoyo de varios miembros de la Comisión Organizadora del 75 aniversario, que han hecho posible la publicación de numerosos documentos relacionados con los orígenes de la Hermandad, entre ellos una pintura recuperada entre los ex votos que se encuentran depositados en la Pontifica y Real Hermandad Matriz de Nuestra Señora del Rocío en Almonte.

La pintura ha sido reproducida en la contraportada del libro y se refiere al milagro de 1913, cuando Manuel Fernández Quintero y su familia sufrieron un accidente en el carro que los transportaba a la altura del viejo puente sobre el río Odiel, donde volcaron y, por intercesión de la Virgen del Rocío, salieron sin el menor daño, incluidos los animales de tiro.

Los asistentes pudieron comprobar que a partir de ahora el libro será un referente de la historia de la Real e Ilustre Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Gibraleón, ya que no sólo refleja la crónica de sus orígenes y esos 75 años haciendo el camino, sino que incluye con carácter enciclopédico cuanto se relaciona con su patrimonio histórico-artístico e hitos tan importantes como el derribo de la primitiva Casa-Hermandad en El Rocío y la construcción de un nuevo edificio acorde con la creciente expansión de la familia rociera olontense desde principios de siglo.

La abundante documentación recopilada hace mención a los hechos acaecidos en los caminos de ida y vuelta, romerías propiamente dichas, otras peregrinaciones, actos que también se desarrollan a lo largo del año e inventario onomástico de las distintas juntas directivas y de gobierno, presidentes honorarios así como directores espirituales, pregoneros, coros, coheteros, carreros, tamborileros, grupos de hermandad y autoridades y entidades que han hecho posible la consolidación de la Hermandad. Dentro del libro queda constancia también de los distintos signos distintivos, desde los simpecados a las carrozas porta-simpecados, medallas, varas, banderas, guiones y otros símbolos y enseres que se conservan en la no menos histórica sede instalada en la capilla del Cristo de la Guadaña, eje en torno al cual gira todo el año la vida rociera de Gibraleón.

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