Salvador del Solar busca el Goya a través de la emoción

Al actor y director peruano Salvador del Solar el cine que le gusta hacer es el que le conmueva como espectador. Y eso es lo que ha buscado en su ópera prima, Magallanes, nominada al Goya a mejor filme iberoamericano, y reciente ganadora del Colón de Oro en Huelva, con una historia violenta en el fondo y pausada en la forma.

Con una larga carrera como actor -debutó en televisión en 1997-, Del Solar se sentía atraído por la experiencia de dirigir teatro, pero no estaba cómodo con una gramática más audiovisual y ese fue uno de los principales desafíos a la hora de poner en pie su ópera prima como realizador. Empezó escribiendo un guión para explorar el lenguaje audiovisual y con el apoyo del director Aldo Salvini, se lanzó a dirigir Magallanes tras haber trabajado varios años en la historia como guionista.

"Mi vocación es hacer un cine que podamos considerar nuestro", asegura Del Solar en una entrevista telefónica antes de viajar a Madrid para asistir el próximo sábado a la gala de los Goya.

Y eso es lo que hace en su película, en la que narra la historia de un exmilitar, Magallanes -al que interpreta el mexicano Damián Alcázar-, que 20 años después de la guerra contra el terrorismo de Sendero Luminoso se reencuentra con Celina (Magaly Solier, también premiada en Huelva) una mujer que con apenas 14 años fue retenida por los militares y sufrió abusos continuados.

Una historia muy peruana pero al mismo tiempo universal porque muchos países han pasado por situaciones similares, además de que el centro de la película no es el conflicto sino sus efectos tanto en las víctimas como en los victimarios. "Sabía que tratábamos un tema que tocaría la sensibilidad del público de nuestro país y más allá, pero no pensábamos que podría tener una respuesta así en el público", asegura el realizador sobre una película que ganó tres premios en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva o el Especial del Jurado de Opera Prima del Festival de Cine de La Habana.

Ahora espera con ilusión la gala de los Goya, una nominación que fue una "sorpresa lindísima", pero insiste en que lo más satisfactorio ha sido la respuesta de la gente y el hecho de que haya abierto un debate en Perú.

"Es importante entender que de manera casual, un par de décadas después, mi generación se encuentra lista para hablar de un tema en el que los políticos no han tenido ningún éxito en el diálogo", explica Del Solar.

Cita la obra teatral La cautiva, con el cadáver de una niña que habla de lo que le pasó frente a los soldados, o los libros Los rendidos, escrito por el hijo de dos senderistas, y La distancia que nos separa, escrito por Renato Cisneros, hijo del exgeneral Luis Federico El Gaucho Cisneros.

Es la cultura la que ha ofrecido el espacio necesario para el debate y para servir de espejo de una realidad que no siempre es complaciente.

Ese impacto en el espectador es lo que busca Del Solar con sus películas, aunque asegura que "no necesariamente siempre desde el punto de vista social o político".

La catarsis también se puede lograr con historias de investigación psicológica o con comedias. "El cine que me cuestiona, que me maravilla, puede ser una comedia; el género es algo secundario", precisa el realizador.

Lo que se necesita es encontrar la voz de cada uno y eso es lo que está intentando lograr el cine latinoamericano, al que el director peruano defiende con pasión.

"El cine iberoamericano es una gran potencia" pero al mismo tiempo "viaja muy mal", por lo que "hay que luchar por transformar eso de manera drástica".

En ese contexto, destacó iniciativas como los Premios Platino de cine iberoamericano, las coproducciones cada vez más habituales o la participación de talentos de muchos países en proyectos de otras naciones.

Ese fue su caso con Magallanes, protagonizada por un mexicano y una peruana, y con profesionales de Argentina, Perú y Colombia.

"Estoy muy orgulloso de todos los que hemos conformado este equipo y especialmente en deuda con todas las grandes personas que se animaron a subirse a este proyecto", afirmó Del Solar, para quien la culminación perfecta sería llevarse el Goya a la mejor película iberoamericana.