Cultura

Rocío Márquez, donde el flamenco se hace cantaora

Hoy nos acompaña una de las más firmes realidades del flamenco de nuestra provincia. Una de las grandes voces femeninas del momento, siendo toda proyección y con enormes potencialidades que todavía tiene mucho que enseñar. A nivel formativo, comenzó con tan sólo 9 años en la Peña flamenca de Huelva, de la mano de la tristemente desaparecida Amparo Correa y de Manolo López. Un par de años después, abordó sus estudios musicales en el Conservatorio de Valverde, sabiendo que el aprender piano y solfeo le facilitarían las cosas. Eduardo Hernández Garrocho le enseñó a cantar saetas, y mientras, tomaba clases de técnica vocal en Sevilla con la soprano Gloria Muñoz.

A partir de entrar en la fundación Cristina Heeren, recibió clases de maestros como Jose de la Tomasa y Paco Taranto (entre otros). En esa época, emprende la diplomatura en Educación Musical por la Universidad de Sevilla, en la que actualmente cursa los Estudios Avanzados de Flamenco, proceso previo al doctorad. En septiembre presentará su tesina.

A nivel interpretativo, sus primeras apariciones fueron en programas como Menudas Estrellas, Veo Veo, Bravo Bravísimo, De tarde en tarde, etc., donde mostraba diversos estilos. Pero a los 15 años decide que quería hacer flamenco, por una sencilla razón: lo que le aportaba este arte, no lo encontraba en las demás manifestaciones musicales. Y aunque ya había ganado primeros premios antes del galardón que consiguió en la Unión, se puede considerar este como el punto de inflexión de su carrera, sintiéndose para siempre en deuda con este Festival.

En los últimos años sus actuaciones se extienden por numerosas peñas flamencas, festivales de Andalucía y teatros tan importantes como la Zarzuela, el Teatro Español, el Muñoz Seca de Madrid, el Escorial, el Teatro Isabel la católica de Granada, el Palau de la Música de Valencia, el Palacio de la Magdalena de Santander, etc. Internacionalmente ha paseado su voz por escenarios tan célebres como el Auditorio de Bruselas, el Festival Le Suds de Arles (Francia), la ópera de Dusseldorf (Alemania), el Festival Sete Sóis Sete Lunas en Oeiras (Portugal), el teatro Mohamed V de Rabat (Marruecos), el Festival Voix de femmes (París, Francia), entre otros. También ha acompañado al baile en países como Estonia, Eslovenia, Inglaterra, Holanda, Luxemburgo, Italia, Alemania, Portugal, y Francia.

Su espíritu reboza humildad por los cuatro costados, considerándose una afortunada por lo bien que le están saliendo las cosas, y por la posibilidad de poder dedicarse profesionalmente. Trabajó con el tenor granadino Jose Manuel Zapata grabando Mano a mano, un disco en el que también participaron Miguel Poveda, Jose Mercé, Marina Heredia, Pasión Vega y Ángela Cervantes. Fue una experiencia inolvidable su estreno en el Price de Madrid, sintiendo una enorme emoción. Pronto lo presentarán en Asturias, interpretándolo con la Orquesta Sinfónica Ciudad de Oviedo, siendo la primera vez que cante con este acompañamiento.

Toda esta Semana Santa, ha estado trabajando en Francia con Christian Boissel, músico y compositor. Actualmente trabaja con Rosa Torres Pardo, pianista a la que admira profundamente y continúa con el espectáculo de Leonor Leal, Leolé, que han presentado este año en el Festival de Jerez y con el que le han dado el premio revelación de dicho festival.

Pero lo que realmente ahora mismo le trae de cabeza es su primer disco de estudio, que nos confiesa que la tiene muy ilusionada. Nos indica que lo están haciendo muy despacito, trabajando con Jose Luis Garrido en la producción y con la guitarra del jerezano Alfredo Lagos, del cual confiesa que está aprendiendo muchísimo.

Cuando entramos en temas más profundos, nos comenta que en cuanto al estado de la música en la actualidad es bastante optimista. No piensa que sea algo específico de la música, sino de todo el panorama en general, abogando por augurar que pasará. De mientras tanto, debemos seguir andando. Asegura que Huelva es tierra donde se dan "materias primas" excepcionales, pero también entiende que deberíamos de creer más en nosotros mismos.

Del mismo modo, estima que hoy en día el arte está demasiado vinculado a la política y a la economía, con lo bueno y lo malo que esto conlleva. Probablemente la situación sería muy distinta si el fin del arte no fuera tan instrumental. Como mejoras para el desarrollo cultural y musical de nuestra provincia considero fundamental una buena educación y una correcta formación. Desde la base en los colegios sería interesante que se hiciera como en las peñas, introduciendo a los niños en algo tan nuestro y que forma parte de nuestras raíces, ampliándose su educación musical en cursos posteriores.

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