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Riotinto marciano en Madrid

  • La Diputación de Huelva presenta en la feria la nueva incursión en el cosmos del prestigioso fotógrafo Joan Fontcuberta

  • 'Gossan: Misión a Marte' acapara atención y asombro del público

"Tiendo trampas destinadas a los crédulos. No esperaba que cayeran en una que tiene nueve años unos periodistas profesionales". Así hablaba Joan Fontcuberta en 2006 de la que se lió con su conocido proyecto Sputnik, que hizo para Fundación Telefónica, y que dejó, probablemente, su imagen más icónica, enfundado en un traje espacial de la antigua Unión Soviética. En realidad, aquella foto no pretendía ser un autorretrato sino uno de los pocos documentos conservados de Ivan Istochnikov, supuesto cosmonauta (siguiendo la poética terminología soviética) borrado del mapa por el Kremlin tras el estrepitoso fracaso de su misión, que no podía manchar públicamente la trayectoria de la URSS en la carrera espacial. Un conocido programa televisivo, especializado en misterios y fenómenos paranormales, dedicó un reportaje a este gran secreto de la exploración galáctica, pero sólo había sido obra de la imaginación, el ingenio y el excepcional trabajo de uno de los grandes fotógrafos españoles, en una de sus celebradas series conceptuales.

Detrás de esa cara entrañable del bonachón de Istochnikov está realmente la de un tipo que, entre la perplejidad, se divirtió mucho entonces con aquel revuelo. Y que también se lo debe estar pasando en grande estos días -aunque no se haya enfundado de nuevo la escafandra- en su espectacular muestra del parque temático sobre Marte proyectado en Riotinto.

Joan Fontcuberta (Barcelona, 1955) reconocía hace años en esa misma entrevista que le gusta jugar "al equívoco y la ambigüedad". Y es lo que consigue de nuevo con Gossan: Misión a Marte, que ha captado la atención de medios de todo el país desde que fue presentado en Huelva hace diez días, y al que sólo la polémica política surgida el miércoles ha restado quizá mayor repercusión de la ya conseguida ayer, en la inauguración oficial de ARCOMadrid.

Fontcuberta, el planeta Marte y su trasunto en la Tierra, Riotinto, son protagonistas de la apuesta de la Diputación de Huelva este año en la feria de arte, cuestionada en el ámbito cultural onubense por la falta de artistas locales en primera fila pero acaparadora, al mismo tiempo, de una excepcional resonancia mediática por la singularidad del proyecto, por su indiscutible calidad y por la enorme dimensión de Fontcuberta, al que, seguramente, se le deberá en el futuro la definitiva asociación del planeta rojo con la Cuenca Minera onubense en el imaginario popular.

En el acto de presentación de ayer, el presidente de la Diputación de Huelva, Ignacio Caraballo, reparó, precisamente, en "la enorme atracción que ejerce el proyecto", y que ha enganchado ya a muchos de los visitantes que desde el miércoles pasan por el pabellón 9 de Ifema, en Madrid. "Son imágenes fascinantes y evocadoras de ese paisaje único que tenemos en la provincia de Huelva y que explican, además, por qué Fontcuberta es considerado el mago de la ficción fotográfica", apuntó Caraballo en declaraciones recogidas por la Diputación en una nota.

Esa ficción a la que alude el presidente de la institución provincial ha traspasado los límites de la imaginación, en una aceptación general del trabajo como proyecto real de parque temático entre el paisaje minero de la provincia onubense. Muchos han sido los visitantes que se han interesado por su futura construcción, cuyos promotores tienen también nombres y apellidos, como aquel desaparecido cosmonauta soviético. Porque el consorcio chino-canadiense Galaxy Entertainment muestra en el expositor un video promocional con el que avanza al público los pormenores de la iniciativa pensada en ese lugar microbiológicamente marciano con que cuenta la provincia de Huelva.

Por eso Ignacio Caraballo felicitaba al Área de Cultura de la Diputación, por su habilidad para "infiltrar una idea verosimil y muy ajustada a la temática de esta edición de ARCO", que reserva un apartado destacado al análisis del futuro a través de las propuestas artísticas llegadas desde países de todo el mundo terrestre.

La reflexión tampoco se escapa de este proyecto, ya que al mismo tiempo que se plantea como soporte publicitario de un producto turístico, lleva al público a detenerse ante un proceso global actual en el que prima la utilización del territorio y sus paisajes en un creciente interés mercantilista en la feroz explotación turística.

Las pretensiones, en cualquier caso, no alcanzan los extremos, y aunque se espera que este proyecto artístico tenga parejo un efecto promocional sobre la zona, por las aplicaciones científicas del entorno, no va más allá de dar a conocer unos escenarios que Fontcuberta ha visitado en varias ocasiones estos meses atrás, "muy complacido y orgulloso" en su contribución con este proyecto, "resaltando algunos de los valores de la provincia de Huelva, como el paisaje, el patrimonio, la cultura o el turismo", recogió la Diputación.

Es también una de las motivación principales de Gossan, advertía ayer su comisario, el fotógrafo sevillano Sema D'Acosta, a este periódico: "Hay que tener claro que se está promocionando la provincia de Huelva y que forma parte de una estrategia que pone el foco sobre el territorio y que trasciende los propios artistas". Aunque para ello se recurra a "uno de los autores más importantes de Europa", que, asegura, tenía la onubense como única provincia española que no había visitado, y a la que es seguro que va a volver.

"Gossan no concluye en ARCO. Es a partir de ahora cuando empieza", aclara D'Acosta, que espera aprovechar el viento a favor de la repercusión generada en Madrid: "Durante la inauguración -anotaba también la diseñadora Sara González a Huelva Información- parecía que había dos grupos que competían en número: la comitiva del Rey y el stand de Huelva. Ha sido genial".

El propio Fontcuberta apuntaba a que al margen de la feria, y de que el proyecto sea ejecutado por chinos, canadienses o la propia Diputación, Gossan: Misión a Marte sólo acaba de despegar y se marcará un recorrido que tendrá más paradas. Al menos con Fontcuberta, el Riotinto marciano es ya más real.

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