Revólver mezcla rock con música magrebí en su último trabajo
"Jamás se había hecho algo similar", dice el líder de la banda, Carlos Goñi


Argán es el nombre de un árbol que sólo crece en determinadas zonas de Marruecos y del que se extrae un aceite único. Pero no es sólo eso. También es el título del nuevo disco de Revólver, claramente influenciado por la relación casi mística que une a su líder con la ciudad de Marrakech desde hace unos años. De este descubrimiento surge un disco diferente y que, según afirma Carlos Goñi no sin cautela, "junta rock con música magrebí" como "jamás" se había hecho antes.
"Hace como diez años que empecé a escuchar raí y lo incorporé a mi bagaje cultural personal. Desde pequeño tengo tres ciudades que me fascinan, que son Marrakech, Samarkanda y Damasco, por sus nombres evocadores, y hace tres años fui a Marrakech y nada más quedar quedé fascinado. Desde entonces he vuelto a esa ciudad como 16 veces. No me voy a vivir allí por una cuestión de logística, pero lo haré sin duda en algún momento, aunque sea una temporada", explica Goñi .
Con indisimulada ilusión prosigue rememorando que cuando llegó a Marrakech por primera vez quedó "impactado por la luz, como le sucede a todo el mundo", pero después apostilla que lo que más le gustó fue una "gente cariñosa, dulce y educada como no he conocido nunca, la menos egoísta". Por eso critica que últimamente los españoles tengan "dos nucas y den la espalda a los vecinos del norte y a los del sur". "Esto no puede seguir así, por nosotros, porque nos lo estamos perdiendo", destaca.
Resalta, asimismo, que este disco, a la venta desde el 29 de marzo, está "hecho bajo el respeto y la admiración", y plantea, "aunque suene un poco egocéntrico, que esto no se había hecho antes y jamás se había juntado el rock con la música magrebí de esta manera, con todos estos instrumentos". Lo piensa un instante e insiste en que "esto no es world music, esto es rock" y es el resultado de un trabajo de casi cuatro años. "No se trataba de juntarlo y ya está, sino de encontrar donde estaba el puente entre las dos cosas, y cuando descubrí que había unas cuantas notas en la escala de blues que se comparten con la árabe, por ahí me colé. No me gusta decirlo pero, con toda la humildad, he abierto una puertecita", defiende el músico.Acerca del recibimiento que sus seguidores puedan hacer del álbum, asegura que no puede hacer discos "pensando en el público", y añade que "no hay mayor muestra de honestidad que hacer los discos sin pensar en el público, sino según lo que dicta el corazón". Según dice, "al final el público es el que decide qué es un éxito a nivel comercial", pero remacha que "a nivel artístico" lo decide él.
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