Redescubriendo a Thoreau
La artista suiza Annette Häberling expone en la Galería Fernando Serrano de Trigueros 'The woods within me', una reflexión sobre la naturaleza y su influencia en el alma humana
¿Sin la naturaleza, qué sería de nosotros? ¿Qué sería de nuestra alma? La tierra sostiene nuestra fuerza vital. La naturaleza y nosotros somos inseparables.
La exposición The woods within me, en la Galería Fernando Serrano de Trigueros, invita a la reflexión. Puro acto de introspección. Naturaleza y espíritu. Tierra y persona. Un refugio para la contemplación que la artista suiza Annette Häberling (Lausanne, 1979) vertebra como ramas de un árbol: "¿Qué derecho tengo a estar en el bosque si los bosques no están en mí?".
El pensamiento de Henry David Thoreau se plantea aquí más allá de la expresión plástica, ofreciendo "un momento de paz para la conciencia personal". La muestra de Häberling forma parte del ciclo Arte y Naturaleza que la galería onubense propone hace unos meses. Son 26 obras de nueva creación, presentadas por primera vez en Huelva, impregnadas de la fuerza, la sensibilidad, el colorido y la sabiduría de esos bosques con los que el músico John Cage secundó a Thoreau. En la superficie, "sólo mi humilde intención de honrar a la naturaleza". En el fondo, mucho más.
Annette Häberling reconoce que con esta colección aspira a establecer conexiones entre el entorno natural y la espiritualidad. Es algo que le "fascina" hace tiempo, y se nota en toda su producción.
Cree firmemente que "los espíritus de los árboles nos cuentan historias de una dimensión intemporal que nos inspira a ver el mundo natural con ojos nuevos". Por eso, sus pinturas desvelan paisajes oníricos con "contenido emocional cifrado". Es la vuelta al primitivismo más delicado, retomando el mito de la tierra en pleno momento de tosquedad social. Una vuelta a la fantasía más terrenal.
Annette asegura que busca "los límites de las cualidades estéticas mediante la creación de un mundo de fantasía" que toma forma a través de colores y transparencias sutiles. "Un mundo diferente", añade, que para unos tendrá connotaciones "divinas" y para otros será "un lugar para transitar".
El ensayo de la artista se ha servido de un estilo cuidado al detalle. No hay lienzos, sólo pintura en tabla y papel de arroz. "Me gusta mucho trabajar más ligero, con transparencias y luz", confiesa. "Este estilo lo he recuperado para esta exposición y me alegro de haberlo hecho porque me he dado cuenta de que prefiero esto a la pintura plena, con tonos fuertes y monocromáticos. Los colores -continúa- son expresamente más naturales, sin dar demasiada importancia al colorido y sí más al contenido".
The woods within me se compone de las series Nocturne (6 piezas en metacrilato y 4 pinturas), Árboles de Asia (8 pinturas, cuatro de ellas con resina), Árboles verdes (6 pinturas con resina) y dos pinturas más en resina sobre plancha de madera.
El mes que viene expondrá en la galería O-68 de Velp (Holanda) Unveiling Nature una retrospectiva que sigue teniendo la naturaleza como hilo argumental. Como su propia vida.
En tiempos difíciles para el arte ("también en Amsterdam", donde reside), Annette ha optado por formarse actualmente en terapias tradicionales, shiatsu y aromaterapia, en un nuevo enfoque profesional: "Poder curar con las virtudes de la naturaleza es un gran sueño para mí", apunta.
"El arte sigue siendo mi prioridad, mi última y vital necesidad de expresión. Pero veo que combinado con nuevas filosofías, mi arte se fortalece y me lleva a una dirección nueva que me encanta". Así encontrará nuevos caminos en el bosque. La naturaleza está de su parte.
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