Recuerdo de Humberto Solás

Fila siete

Recuerdo de Humberto Solás
Vicente Quiroga

22 de septiembre 2008 - 01:00

Todo buen aficionado a la cinematografía de Huelva, seguidor fiel de nuestro Festival de Cine Iberoamericano, sabe perfectamente lo que supone el nombre de Humberto Solás, no sólo en el cine cubano sino en el Latinoamericano en general. Y lo sabe, además, porque Humberto Solás, desde los primeros años del Certamen ha sido frecuente participante en el Certamen onubense, donde prácticamente todas su películas se han exhibido, algunas, en más de una ocasión, galardonadas con el 'Colón de Oro', y que ha frecuentado con asiduidad. Por eso su fallecimiento el pasado jueves, día 17, no puede pasar desapercibido para cualquier aficionado al cine y muy particularmente en Huelva, a través de su festival, ha seguido su valiosa y copiosa ejecutoria cinematográfica. Para quienes conocimos directamente a Humberto Solás, su muerte nos deja dolorosamente desolados, porque era una persona afable, cordial, exquisita, profundo conocedor del arte cinematográfico y siempre dispuesto a colaborar con las personas interesadas en el conocimiento y divulgación del cine en general y de manera singular del cubano en que el que ocupa lugar de honor, junto a personalidades tan notables como el inolvidable Titón, Tomás Gutiérrez Alea, Santiago Álvarez y otros miembros destacados del inicial resurgir del cine cubano de la revolución. Me consta que José Luis Ruiz, tantos años director de nuestro Festival, no hace mucho había contado con él en la celebración de seminarios y encuentros cinematográficos. Hay una película de Humberto Solás que resurge emblemática en la brillante filmografía del cineasta cubano: Lucía, realizada en 1968, cuando tenía 26 años, y que ha sido un título frecuente en el Festival de Huelva, tanto en representación del cine del país, como en otras monográficas que han ilustrado el Certamen. Pero antes había rodado un cortometraje de ficción Manuela (1966), que triunfó en festivales internacionales y dio a conocer su nombre como uno de los realizadores emergentes del cine cubano. Fue sin embargo Lucía, su obra maestra, la que respondía a ese cine comprometido de Solás con la mujer como representante de tres épocas trascendentales en la vida de Cuba, dentro de una filmografía en la que las mujeres han tenido especial protagonismo. Esta temática femenina tuvo su mejor expresión en su visión de la protagonista de una de las novelas cubanas más destacadas del siglo XIX, Cecilia Valdés, que marcaría un antes y un después en el ámbito de la producción cinematográfica de Cuba. Pero en esa filmografía que ahora sería oportuno revisar en un merecido recuerdo de su importante obra cinematográfica hay títulos tan admirables como Amada (1983), Un hombre de éxito (1985), propuesta para los 'Oscar' de Hollywood; El siglo de las luces (1991), Miel para Ochún (2001) y Barrio Cuba (2005), si no recuerdo mal la última película suya que vimos en el Festival de 2005. Este último film de Humberto Solás representaba un estilo crítico, que se había evidenciado en los últimos tiempos en un afán de testimoniar la realidad social de Cuba. Tanto es así que su último proyecto Guanajay, quedó excluido de la selección de películas para ser financiadas este año por la industria cinematográfica estatal. Espero que el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva le dedique este año el memorial que merece este realizador que tantas veces vivió el Certamen con nosotros.

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