La inminencia del verano y las vacaciones, bien ganadas y merecidas por los más pequeños, nos traen a las pantallas cinematográficas los títulos que pueden atraer a los niños, aunque en este caso, como en muchos precedentes de la misma índole, historias como ésta abundan para bien y para mal en el género. No es una rebelión en la granja como la famosa de los dibujos animados, pero tiene mucho de ello y, sin duda, posee más parecidos con la clásica comedia familiar de carácter rural con niños y animal incluido. Eso que Alfred Hitchcock y otros muchos directores se negaban a introducir en sus películas.

Aquí, una vez más (ésta es una secuela) el protagonista es un cerdito, Rudy. El cochino, acepción más vulgar y conocida entre nosotros, será el contrapunto de un enfrentamiento familiar y el eje de la historia. Nickel, un muchacho de nueve años se ha llevado siempre muy bien con su padre, Thomas. Pero el chico, que ha vuelto de una excursión del colegio con un cerdito en la mochila, se encuentra con la sorpresa de que su progenitor tiene novia. Pero además, por si fuera poco, ésta tiene una hija de doce años, y van a instalarse de inmediato con ellos. Ante esta situación Nickel plantea que: si se ellas pueden quedarse, su cerdito Rudy también. Y ahí comienzan los problemas.

Sí porque el cerdito con sus continuas travesuras va complicando poco a poco la situación, sembrando el caos y planteando un serio conflicto familiar. Tanto es así que las peleas llegan a resultar un contratiempo insoportable y Rudy huye al 'país de los cerdos'. Pero en su huída le seguirá Feli y les perseguirán dos malos pero muy tontos. La persecución y la aventura terminarán en las ciénagas del valle del Oder, en la Alemania oriental, donde salvará la vida de los dos niños y encontrará su destino.

La película con esta peripecia doméstica plantea un ejemplo de la vida en una familia uniparental integrada por un padre soltero y su hijo. Al unirse otra familia formada por la madre y su hija, como fruto del amor surgido entre ambos progenitores, todo sufre un cambio notable y unos y otros han de adaptarse a la nueva situación de acuerdo con los tiempos que corremos. A los problemas que plantea la nueva convivencia se añaden los del cerdito revoltoso.

Adaptando el cuento de Uwe Timm, lectura habitual de los lectores de 4º y 5º en Alemania, el director, presenta una compleja situación familiar en una granja y le sirve para entretener, distraer y a ratos divertir a los más pequeños espectadores aunque no falte un guiño para los mayores que, tal vez se interesen por la película. Curiosamente uno de protagonistas es el actor Sebastian Koch, afortunado intérprete de La vida de los otros (2006), uno los films multipremiados en los últimos tiempos, y El libro negro (2006), otro de los más recientes éxitos del prestigioso Paul Verhoeven.