Cultura

Rafaela Carrasco rescata los estilos del Concurso de Cante Jondo de 1922

  • La coreógrafa de la nueva producción del Ballet Flamenco de Andalucía, que se estrenará en enero en Córdoba, selecciona a ocho bailaores para recrear la histórica cita de la Alhambra

En la Plaza de los Aljibes de la Alhambra, entre los lienzos de Zuloaga que decoraban el lugar, y ante Federico García Lorca, Santiago Rusiñol, Ramón Gómez de la Serna, Andrés Segovia, Juan Ramón Jiménez, Joaquín Turina o Edgar Neville, algunos de los escritores, músicos y pintores que apoyaron la iniciativa impulsada fundamentalmente por Manuel de Falla, se desarrolló en 1922 en Granada el Concurso de Cante Jondo, que el tiempo convertiría en uno de los acontecimientos más importantes de la historia del flamenco y el primero en el que desde otros ámbitos de la creación se reivindicó su valor intrínseco como arte no inferior a ningún otro. En este encuentro fundacional, con el paso de los años de resonancias casi míticas, se inspiró Rafaela Carrasco para concebir la coreografía de la próxima producción del Ballet Flamenco de Andalucía, un espectáculo que se estrenará el 17 de enero del próximo año en el Gran Teatro de Córdoba.

"Es una responsabilidad muy grande", admitió ayer Carrasco en la sede del Instituto Andaluz del Flamenco (IAF) ante la mirada de Matilde Coral, leyenda viviente de la escuela sevillana con la que la bailaora y coreógrafa, nacida en la ciudad en 1972, empezó a formarse a los 6 años, el comienzo de una brillante trayectoria profesional que la señala como una de las grandes renovadoras del baile en la última década, y en la que destacan su trabajo con Mario Maya (en cuya compañía ingresó a los 18 años), su etapa como repetidora y solista de la Compañía Andaluza de Danza (precursora del actual Ballet Flamenco público) o el inicio de su andadura en solitario en 2002, con la que ha conseguido los premios más prestigiosos de la escena flamenca, entre ellos el Giraldillo a la mejor coreografía por Vamos al tiroteo, presentada en 2008 en la Bienal de Sevilla. Para esta misma cita, cuatro años después, dirigió su gala de clausura en el Teatro de la Maestranza, que bajo el título La punta y la raíz ofreció un homenaje a las distintas generaciones del baile sevillano.

Coral, a la que acompañó la directora del IAF, María de los Ángeles Carrasco, es la presidenta honorífica de la comisión -compuesta además por Antonio Garde, Maribel Gallardo, Rosalía Gómez, Isamay Benavente, Marta Carrasco, José Luis Castro y Segundo Falcón- que eligió la propuesta de Carrasco, que con esta obra, titulada más que elocuentemente Concurso de Cante Jondo de 1922 (Granada), se propuso, según explicó ayer, "rescatar los principales estilos" que hicieron vibrar hace casi un siglo al público de esa cumbre para los anales del flamenco. Lo hará, dijo, con una "puesta en escena de hoy", pero tratando en todo momento de conservar el "equilibrio entre el saber de dónde venimos y el dónde estamos", construyendo un puente "entre 1922 y 2013", explicó. Sin olvidar nunca que se trata de un espectáculo de baile, puntualizó, Carrasco rescatará para el mismo algunos de las actuaciones más destacadas de aquella cita en Granada: la soleá del Tenazas, la seguiriya de Manuel Torre, la toná de Manolo Caracol, la rondeña de Ramón Montoya, la saeta de La Niña de los Peines, la cantiña de La Macarrona, la granaína de Chacón o la música de Manuel de Falla; piezas que quedaron además grabadas, junto con extractos del Poema del cante jondo de Lorca, una obra que aunque no se publicaría hasta 1931 fue leída por el propio poeta momentos antes del inicio del Concurso en la Alhambra.

Hasta el estreno de la obra a principios de 2014 en Córdoba, queda mucho trabajo por delante para la bailaora y coreógrafa. Será ella, lógicamente, quien trabajará con los ocho bailarines que se presenten a la convocatoria durante las dos próximas semanas (el plazo se abrió ayer mismo), a los que podrían sumarse otros dos procedentes de los talleres del Centro Andaluz de Danza. Durante este proceso serán escogidos también los músicos, hasta cuatro, el máximo fijado por el IAF. Carrasco tiene claro lo que buscará en los intérpretes: "Quiero que sean muy completos técnicamente pero también que tengan mucha personalidad, a mí lo que interesa es trabajar con gente que tenga algo propio que decir".

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