Pablo Vázquez y la inmensidad musical

introspectivas: música y músicos

Pablo Vázquez y la inmensidad musical
Pablo Vázquez y la inmensidad musical
César López Perea

13 de mayo 2012 - 05:00

El día que nació, su padre acababa de comprar el disco Sombra y Luz de Triana. Con esta frase se puede resumir el contacto que desde muy pequeño tuvo con la música. En su casa se apreciaba la música desde el conocimiento y el respeto a esta disciplina. Creció escuchando discos de rock, rock progresivo y rhythm & blues, pero también a los grandes autores de la música culta. Con tan solo cuatro años, sus padres le van a comprar un sintetizador Elgam. Aquel teclado se convertiría en su mejor juguete y en el foco de toda su atención. Para un niño resultaba mágico el hecho de tocar las teclas y que de ellas salieran diferentes sonidos, sobre todo si consigues sonidos y melodías que escuchas habitualmente en tu entorno.

A los siete años ingresa en el Conservatorio Profesional de Música en Huelva, que todavía se situaba en el viejo hospital de La Merced, sede a día de hoy de la Universidad de Huelva. Allí tomó contacto por primera vez con un piano acústico y la expresividad que transmiten las teclas contrapesadas junto a la caja de resonancia. Estudió en este centro durante todo el Grado Medio, mientras también desarrollaba su faceta interpretativa como miembro del Coro del propio Conservatorio. Este grupo de compañeros, junto con más miembros, terminaron por fundar el Coro Lírico de Huelva, en el cual cumplió las funciones de jefe de cuerda de los bajos. En esta época compagina esta labor con la investigación de los teclados eléctricos, principalmente Rhodes, Hammond y el sintetizador analógico. Además, se diplomo en Educación Musical, trabajo que desarrolla actualmente enseñado música a los niños.

Es conocedor de diferentes músicas, principalmente por el respeto que se le debe dar a los diferentes estilos. Así, ha participado en numerosos proyectos, tanto de música vocal como instrumental, ya sean directos o grabaciones. Forma parte desde 1999 de The BlackCats, que ha llevado el concepto de blues hecho en Huelva por toda la geografía peninsular, asistiendo a los principales festivales de blues de España y Portugal. Le ha permitido evolucionar como músico, ya que ha sido caldo de cultivo de otros proyectos en los que ha experimentado otros estilos musicales. Por necesidades técnicas, realizaba las notas graves del bajo con su mano izquierda, algo que le ha permitido a la banda convertirse en un trío de Blues con una configuración clásica de guitarra, batería y Hammond. Actualmente está involucrado en la estética del Jazz, con el Pablo Vázquez Trío, donde se revisan grandes standars. También le dedica tiempo a InnerSound Trío, donde el jazz se fusiona con otras tendencias musicales contemporáneas.

Desde el punto de vista de la creatividad, se siguen haciendo cosas, y además muy buenas, sea el estilo musical que sea. Lo que ha cambiado es la manera de distribuir esa música y que llegue a los oyentes, destacando el factor tecnológico. Gracias a internet conocemos a artistas que de otra manera jamás hubiera llegado a nuestros oídos. Pero desde el punto de vista de la profesionalidad de la música, todo está más difícil. La actual crisis ha degradado el papel de la música como medio de vida. Cada vez resulta más difícil que las compañías discográficas apuesten por nuevos proyectos, prefieren usar valores más seguros y de consumo masivo, más aún en los estilos más comerciales en los que la aportación de beneficios no está reñida con la merma en la calidad musical. Esto ha obligado a muchos músicos a hacer conciertos, pero como consecuencia negativa es que cada vez menos personas pueden vivir íntegramente con los beneficios de su obra musical.

No se valora el papel de artista más allá de lo que gusta, juzgando negativamente un estilo musical simplemente por el hecho de desconocerlo. Esto ocurre en Huelva simplemente por la falta de apertura cultural y por que durante muchos años las instituciones públicas se han centrado en estilos musicales populares muy concretos, desestimando muchos otros. Por suerte siempre ha habido en Huelva inquietudes musicales a pesar de ello, tanto de artistas como por parte del público. Se han organizado eventos más allá de lo popularmente reconocido, pero siempre en grupos muy reducidos tanto de espectadores como de artistas. Además, podemos sumar la carencia de actuaciones en directo en recintos privados por la falta de una normativa que regule este hecho. Aún así, Huelva es tierra de grandes artistas, y que goza de personas con inquietudes musicales enormes. Lo bueno hoy en día es que no dependes de lo que tienes físicamente a tu alrededor para empaparte de cultura.

El modelo actual de las grandes compañías debe cambiar. En la red se están creando páginas de pago por escuchar música, con cuotas mínimas e incluso gratuitas a cambio de un poco de publicidad. A eso sólo le falta que haya un formato de compresión de buena calidad. El fomento de la cultura musical en la sociedad también es muy importante, ya que mucha de la música no se escucha, se consume, debiéndose fomentar una conciencia crítica. También debemos demandar una programación de calidad en los diferentes espacios escénicos que hay en la provincia y mejorar los circuitos de artistas por toda la provincia.

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