Toros

Miranda no da tregua y se va a hombros en Mérida junto a Morante y Ventura

  • Tres orejas corta el de Trigueros y dos cada uno de sus compañeros que cuajan sus segundos toros.

  • El becerrista Marco Pérez actuó fuera de festejo

David de Miranda resolvió con otro importante triunfo su actuación ayer en Mérida frente a Morante de La Puebla y Diego Ventura. Relevante Puerta Grande para el triguereño que le quita telarañas a la temporada y no cede terreno ante compañeros de tanto apresto.El tercero de la tarde, que salió en Núñez, abanto y sin quedarse, lo cuajó con poder y gusto Miranda con el capote. Con la seda a la espalda dejó dicho el torero de Trigueros que se presentaba en el Coso de San Albín un torero de valor y arte y con los estatuarios de inicio de faena se ganó definitivamente al respetable. Dos tandas de derechazos de mucha pureza y profundidad. Bordando el toreo. Cuando abrochó la tanda por el más complicado pitón izquierdo con el de pecho, ya Miranda, había entrado en Mérida de pleno. Al burraco que hizo de sexto, lo lanceó con cadencia y gusto por delantales. El áspero toro que nunca acabo de entregarse, hizo que David tuviese que tirar de mucho valor y de temple hasta que acabó por domeñar al burel a base de quietud. David de Miranda derrochó ese don de los elegidos y plantó cara hasta acobardar al cierraplaza. Concluyó montándose en lo alto para cortar una oreja que refrendaba el triunfo incontestable de un torero que está llamando a las puertas del gran circuito. Otra lección de David de Miranda de querer y poder.Cumbre de Diego Ventura, dos orejas, ante un toro premiado con la vuelta al ruedo. Joselito exigió con doblones iniciales una barbaridad y ya ahí, el toro destapó su buena condición. Con Hatillo se fue siempre de frente -pureza y temple- para quebrar encima del toro dándole todas las ventajas al antagonista galopando a dos pistas y cambiando constantemente de costado. Lo hizo recorriendo todo el ruedo y Mérida se caía a tanto rejoneo del bueno. Nómada se adornó con giros un tercio de banderillas inolvidable. Cuarteó y quebró en un palmo de terreno.Dos orejas en una actuación histórica por pureza, torería y magisterio.Dos orejas Morante de la Puebla ante el cuarto. El cigarrero lanceó con su particular sello de artista aunque esta vez abrió más el capote por la esclavina. Morante dibujó el toreo con sus muñecas al son del temple y la torería. Naturales tan lentos como un atardecer y tan profundos como un océano. Sensacional pasaje al torear con la zurda. A diestras, naturalidad y ligazón impregnada con su personalidad arrolladora. El epílogo fue muy personal con un toreo de otra época y cautivador. Estatuarios y un remate de lujo adornado con un molinete gallista. Espadazo y dos orejas.

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