María de Ávila recibe el Premio Max de Honor por su contribución a la danza

La SGAE distingue a la bailarina y maestra de la danza fallecida el pasado 27 de febrero El galardón le será entregado a su hija, Lola de Ávila, en la gala del próximo 26 de mayo

María de Ávila, en una foto de archivo durante una de sus magistrales clases de danza.
Agencias Madrid

30 de abril 2014 - 05:00

El comité organizador de los Premios Max de las Artes Escénicas ha concedido por unanimidad el Premio Max de Honor 2014 a la bailarina y maestra de la danza María de Ávila (Barcelona, 1920), fallecida el pasado 27 de febrero, por ser una figura clave en la historia de la danza.

El comité de los premios, que organiza la Fundación de la Sociedad General de Autores de España (SGAE), decidió a comienzos de este año, antes del fallecimiento de la artista, la concesión del galardón, que coincide con el Día de la Danza y con el 60 aniversario de la apertura del Estudio de Danza María de Ávila, en la ciudad de Zaragoza, donde residía.

El galardón será recogido por su hija, Lola de Ávila, que ha seguido sus pasos y se ocupa del estudio de danza, en la ceremonia de entrega de la decimoséptima edición de los premios, que se celebrará el próximo 26 de mayo en el Teatro Circo Price de Madrid.

Su hija explicó ayer a la SGAE, al conocer el premio, que está segura de que el reconocimiento hubiera emocionado a su madre, de la que destacó su "tenacidad, generosidad y amor por la profesión": "La danza de España es María de Ávila", añadió.

María de Ávila, cuyo nombre era María Dolores Gómez de Ávila, recibió sus primeras clases de la mano de Pauleta Pàmies (1851-1937), a la edad de 9 años. Directora del Ballet del Gran Teatre del Liceu, Pàmies la instruyó en ballet y danza española, y fue en esa compañía en la que debutó y llegó a primera figura en 1939, teniendo como partenaire a Joan Magrinyà (1903-1995), protagonizando piezas como El amor brujo (1939), junto a Vicente Escudero.

Posteriormente, fue bailarina estrella de la Compañía Española de Ballets y de Los Ballets de Barcelona y profesora de danza en el Instituto del Teatro de la Diputación de Barcelona, aunque nunca interpretó sus montajes en el extranjero.

Después de rechazar un contrato para ir a Estados Unidos con los Ballets Rusos de Montecarlo en calidad de figura estelar, se casó con el ingeniero zaragozano José María García-Gil, y su última gira, cuando su hija tenía ya un año, la hizo con los Ballets de Barcelona, antes de colgar las zapatillas y dedicarse a la docencia.

En 1954 abrió una escuela de danza clásica en Zaragoza, por la que pasaron grandes bailarines, como Víctor Ullate, Carmen Roche, Ana Laguna, María Jesús Guerrero, Arantxa Argüelles, Amaya Iglesias o Trinidad Sevillano.

Fue fundadora del Ballet Clásico de Zaragoza y del Joven Ballet María de Ávila y desempeñó la dirección del Ballet Nacional de España y del Ballet Nacional de España-Clásico.

Su magisterio le hicieron acreedora de multitud de distinciones, entre ellas, destacan la Medalla de Oro de las Bellas Artes, Dama de la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio, Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid. Premio Aragón. En sus aulas de Zaragoza y bajo su mano, se han formado generaciones de bailarines españoles como Víctor Ullate, Carmen Roche, Cristina Miñana, Carmen de la Figuera, Ana Laguna, Antonio Almenara, Antonio y Amador Castilla, Arantxa Argüelles, Trinidad Sevillano, Amaya Iglesias, Gonzalo García, Rubén y Moisés Martín Cintas, Natalia Tapia, etcétera.

Para Ullate, según la SGAE, María de Ávila ha sido "el todo" y, gracias a ella, conoció la danza clásica: "Fue una gran maestra, nos enseñó la base para después ampliar conocimientos. Estuvo muy entregada a su profesión como maestra e investigó muchísimo. Yo no estaría aquí si no hubiera sido por ella".

Carmen Roche asegura que le enseñó "a volar" y fue "imprescindible" en su carrera. "Ha dejado -señala en la nota de la SGAE- un legado inconmensurable. Tenía mucho carácter, pero era muy humana, inteligente y perseverante".

El Premio Max de Honor lo tienen ya, entre otros, Ana Diosdado (2013), Julia Gutiérrez Caba (2012), José Monleón (2011), Josep Maria Benet i Jornet (2010), Miguel Narros (2009), Víctor Ullate (2008) y Fernando Arrabal (2007).

Además de las 19 categorías a concurso, en los Max se conceden por designación directa del comité organizador el Premio de Honor, Contribución a las Artes Escénicas y Aficionado.

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