¡Mamma mía, cómo resistirse!

El musical de los éxitos de Abba conquista el escenario de la Casa Colón

¡Mamma mía, cómo resistirse!
César López Perea

19 de marzo 2011 - 05:00

Un gran telón azul claro, color mar sosegado, invita al optimismo desde que entramos en el patio de butacas del Palacio de Congresos de nuestra Casa Colón. La obertura reclama la presencia del respetable en la sala; con fuerza y determinación comienzan los sones del prólogo musical, y Sophie -interpretada por la joven voz de Georgina Llauradó- mezcla su dulzura y musicalidad para presentar la trama y que todo gire en torno a ella.

Donna, es una mujer que lleva muy a gala su independencia, y que habiendo sido madre soltera, vive con su hija Sophie en una serena isla griega, regentando un pequeño hostal en la misma playa. Donna ha invitado a la boda de su hija a sus dos mejores amigas: Rosie, una mujer práctica y lógica, y Tanya, rica y multidivorciada. Las tres componían la banda, Donna and the Dynamos. Sophie también va a hacer tres invitaciones cargadas de emotividad y misterio. Pretende encontrar a su padre para que la lleve al altar, convocando a tres hombres que visitaron la paradisíaca isla hace 21 años. Todo se desarrolla en esas veinticuatro horas, apareciendo nuevos amores y reviviendo hechos del pasado que harán de la historia una mágica experiencia.

Podemos disfrutar de un elenco plagado de grandes artistas del mundo teatral y musical. El papel de Donna, antes llevado a cabo por la eurotelevisiva Nina al comienzo de las representaciones de esta recreación, lo lleva con formidable maestría la cantante catalana Mone. Los papeles de los tres futuribles padres de Sophie, y antiguos amantes de Donna son llevados a cabo por Nando González, David Castejo y Carlos Seguí. Las dos amigas de Donna son interpretadas por las geniales Marta Valverde y Rita Barber. Algunos de estos artistas hicieron algún giño a La Rábida, Mazagón o las gambas, levantando los aplausos de los presentes.

Una de las apariciones más conocida es la participación del futuro marido de Sophie, Sky, siendo presentado por Alex Casademunt, uno de los participantes de la primera edición del televisivo Operación Triunfo, que aunque interviene, no se le puede llegar a nombrar como protagonista de la obra. Y, aunque todavía tiene cierto tirón como producto mediático, no podemos dejar de reconocer que exhibe rasgos interesantes en cuanto a sus capacidades interpretativas.

Mientras se llevaba a cabo el descanso, tres de los actores subieron hasta el vestíbulo del teatro para firmar y dedicar uno a uno discos y demás recuerdos. Una gran iniciativa que acerca más si cabe el musical en su lado más humano y participativo. Algo que nos llamó la atención era la cantidad de productos de merchandising que se pueden adquirir en la tienda itinerante que transportan, repleta de recuerdos de todo tipo para aquellos amantes a las colecciones de objetos.

Como curiosidad decir que se alerta antes del comienzo de que la interpretación musical es en riguroso directo, es decir, que los músicos participan de la obra in situ. Últimamente estamos demasiado acostumbrados a tener que someternos a la música enlatada, puro karaoke japonés, y se agradece de gran manera que este tipo de espectáculos no olviden la importancia de llevar cuantas más cosas en directo.

Eso sí, el escenario no tiene cabida suficiente y, aunque avisaron de que los músicos están ubicados detrás del decorado, indagando un poco vimos que finalmente están acomodados en una de las escaleras laterales, y que a través de un circuito cerrado de cámaras, se comunican con los artistas, algo de gran mérito y de más que notable profesionalidad. Es lo que tiene no tener un lugar acondicionado para este tipo de obras con foso para los músicos. Un par de monitores acercan a todos entre sí, pudiendo estar comunicados en todo momento.

Las canciones de Abba no es que sean complicadas a la hora de recrearlas, pero las dificultades estriban es darle esencia de musical y de textura casi orquestal. Un trabajo arduo y de enorme merecimiento que corre a cargo de Paco Cuenda, director musical de la producción. Con él, Borja Barriguete y Arnau Vila a los teclados y programaciones; Batiste Bosch y Nuno Monteiro, a las guitarras; Miguel Lozano, en el bajo, y Chema Pérez y Álvaro Vallejo son los encargados de la percusión.

El público que abarrotaba literalmente la sesión de tarde -recordemos que son siete las sesiones que harán en Huelva-, vibró y disfrutó de las casi tres horas que dura este musical. Hablando con algunos nos decían que la motivación para acercarse a verlo, partía desde la versión cinematográfica llevada a cabo en 2008 por los actores Piercen Brosnan y Meryl Street. Lo que ellos desconocen es que la versión teatral es anterior, aunque eso es lo de menos si sirve para que la gente se anime a contemplar estas grandes obras sonoras. Este tipo de estimulación tiene su lógica y es muy habitual, retroalimentado a las artes escénicas unas a otras.

Este es un gran musical, no por ser referencia exclusivamente artística, sino que está perfectamente llevado el argumento hasta todos los terrenos, llenándonos de positividad y emotividad. Quizás sostenga la verdadera esencia de los musicales de Broadway, donde hace que el espectador se llene de optimismo y entusiasmo. Hay una constante, incluso en algún momento más triste cuando los recuerdos atesoran el paso del tiempo, y es la búsqueda decidida por habitar en un estado de fabulosa felicidad que se transmite a raudales desde que se abren las cortinas hasta el mismísimo final, donde todo explota en júbilo y ventura.

Casa Colón, sábado (18:00 y 22:00) y domingo (17:00 y 21:00). Precio: 49 euros. Duración: 160 minutos. Dirección: Phyllida Lloyd. Autores: Benny Andersson, Björn Ulvaeus, Catherine Johnson. Adaptación: Albert Mas-Griera y Juan Martínez Moreno. Producción: Stage Entertainment España. Intérpretes: Mone, Georgina Llauradó, Marta Valverde, Rita Barber, David Castedo, Carlos Seguí, Nando González, Àlex Casademunt, Mamen Márquez, Yolanda García, Aaron Cobos, José María del Castillo. Sinopsis: La historia se desarrolla en una isla griega donde va a celebrarse una boda y donde la novia se propone encontrar a su verdadero padre, reuniendo a tres hombres que son candidatos a serlo. Todo hilado con música de ABBA.

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