Limpiar las calles
Fila siete



CineBox Aqualon Puerto Huelva.- Producción: España, 2012.- T.O.: 'Grupo 7'.- Duración: 95 minutos.- Dirección: Alberto Rodríguez.- Guión: Rafael Cobos.- Fotografía: Alex Catalán. Música: Julio de la Rosa.- Montaje: José M. G. Moyano.- Intérpretes: Mario Casas, Antonio de la Torre, Inma Cuesta, José Manuel Poga, Joaquín Núñez, Julián Villagrán, Estefanía de los Santos, Alfonso Sánchez, Carlos Olalla, Lucía Guerrero
La mejor referencia de este director, el sevillano Alberto Rodríguez, la tenemos al recordar que formó con su colega y paisano Santi Amoedo el dúo que nos brindó un cortometraje inolvidable: Bancos (1999) y el estupendo largometraje El factor Pilgrim (2000). Se separaron y ya en solitario Alberto Rodríguez dirigió películas tan estimables como El traje (2002), que viéramos en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, 7 vírgenes (2005) y After (2009).
El relato que ahora se nos propone tiene bases reales y transcurre en Sevilla con ocasión de la operación que se montó en la ciudad para "limpiar las calles" de delincuencia y tráfico de drogas, yonquis y prostitutas, en un unos años anteriores a la celebración de la llamada Expo 92. La encargada de esta misión es una unidad policial, denominada Grupo 7, cuyo trabajo no siempre fue muy ortodoxo y dio lugar a un proceso judicial del que los implicados quedaron absueltos. La acción entonces nos lleva a través de una serie de graves acontecimientos donde se suceden las intrigas criminales, las persecuciones, los golpes de efecto y los arrestos, poniéndose en juego lealtades y perfidias.
Los protagonistas principales son Ángel, un joven aspirante a inspector, inteligente y sensible; Rafael, un policía sin contemplaciones, arrogante y persuasivo, Miguel y Mateo, expeditivos, duros pero a veces capaces de mostrar ternura. Para ellos nada puede limitar sus recursos enérgicos, violentos, nada éticos e ilegales, recurriendo si es preciso a la coacción, la mentira, la amenaza y los engaños. Precisamente del sumario de la causa se han extraído las bases narrativas del guión.
Tras las primeras imágenes el espectador advierte que, como viéramos recientemente en No habrá paz para los malvados (2011), el cine español puede afrontar con convicción y acierto el thriller, ese cine policial que ya en determinadas ocasiones probó con éxito nuestra cinematografía con características muy peculiares. Aquí la historia está presentada con gran realismo y notable fidelidad a los hechos reales que ocurrieron en Sevilla en 1987, dotándolos a lo largo del tenso clima narrativo de fuertes emociones y secuencias vibrantes. A la vez vemos un retrato fidedigno de carácter tanto físico -una ciudad vetusta, ajada, deteriorada- y social - un lumpen marginal, delincuente y agresivo.
Alberto Rodríguez nos demuestra que conoce la ciudad y ello le permite afrontar una temática ajustada a la realidad aunque resulte amarga, dura o incómoda. Él mismo recuerda Ley 627 (1991), una excelente película de Bertrand Tavernier, que a mí me parece una inteligente referencia, aunque no tengan nada que ver y Grupo 7 ofrezca una visión más realista, más adusta, más violenta y descarnada. Magnífica ambientación y espléndida interpretación, especialmente de los miembros del grupo protagonista, así como actores y actrices que encarnan a algunos personajes secundarios.
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