Historias del Fandango

El "Libro de los fandanguillos”

  • El Diario de Huelva, participando del entusiasmo  que el fandango había despertado, convocó en 1924 un concurso  literario de letras que tuvo una excelente acogida

Portada y contraportada del “Libro de los fandanguillos” del Diario de Huelva, 1924.

Portada y contraportada del “Libro de los fandanguillos” del Diario de Huelva, 1924.

El periódico lo justificó para “fomentar una de las más típicas y sentidas manifestaciones del espíritu de nuestra tierra, como es el fandanguillo, copla netamente huelvana…, que es nuestro cantar popular y típico…”. Y, en el prólogo del libro explicaba que  “el concurso dio ocasión a que… la musa popular se desbordara, trayendo a nuestra mesa del cotidiano trabajo cerca de seis mil originales…”.

El jurado

El jurado tuvo abundante trabajo, sobre todo en la selección de letras, que debían ser todas originales, superar unos mínimos de calidad literaria y referirse a temáticas tradicionales. Debió elegir los premios entre una selección final de 1.170 letras...

Una de las letras a concurso. Una de las letras a concurso.

Una de las letras a concurso.

“sometidas a las leyes de la gramática y la retórica”, que habían presentado más de 350 autores y que el periódico fue publicando a diario durante dos meses. Para poder concursar había que enviar las letras junto con un cupón:

Diario de Huelva, 1924.11.28. Cupón para concursar. Diario de Huelva, 1924.11.28. Cupón para concursar.

Diario de Huelva, 1924.11.28. Cupón para concursar.

Los premios

El primero fue un reloj de oro valorado en 350 pesetas; el segundo,  una sortija de oro valorada en 75 pesetas. Y se establecieron también seis diplomas de honor y diez menciones honoríficas. El ganador fue  un escritor  y autor teatral onubense que vivía en Madrid, Luis Manzano Mancebo, que tuvo el gesto de regalar su importe a las Escuelas del Sagrado Corazón de Jesús, institución que acogía y daba instrucción a niños pobres  y abandonados.  Su letra fue:

Por la sierra galopando

entre Portugal y España,

Juan de la Cruz va cantando

¡viva mi jaca castaña,

la perla del contrabando!

El segundo premio se le adjudicó a una letra de José Verdejo Domínguez, administrador de Correos en Moguer, que se presentó con el seudónimo “Nazario”:

Reza, Huelva, tu canción

si has aprendido a cantar;

haz como hizo Aragón

de una copla y un altar

el alma de su región.

Tantas letras conocidas…

El libro tuvo un gran éxito. Con el transcurso del tiempo, buena parte de sus letras fueron grabadas en discos. Encontramos autores conocidos y letras que se hicieron populares. Una de ellas era de  Bartolomé Garfia (el alosnero Bartolo el de la Tomasa):

Yo desprecio los caudales

y nada del mundo quiero.

Me ilusiona tu querer

y un fandaguillo alosnero

cantao al amanecer

Y otra, con el seudónimo de “Benamor”, la cantó años más  tarde  Juana María la de Felipe Julián asegurando que era creación suya. En el libro figura como autor Orencio Ramírez Bolaños, de Huelva.

Lejos de Huelva oí cantar

un fandanguillo alosnero;

no lo pude remediar:

mis ojos se humedecieron

y terminé por llorar.

En uno de los concursos de RNE, en los años 50, sonó la voz limpia y valiente de Paco el Caena, mientras el teatro se venía abajo con los  entusiasmados aplausos del público. La firmaba “Choquito”:

Cuando voy por altas mares

en mi barco navegando,

pienso en ti, pienso en mi madre

y si en peligro me hallo

pienso en la Virgen del Carmen.

El fandango gozaba del mejor acomodo emocional entre la gente de Huelva. Por eso, como decía la letra de “Lotario”, de Calañas, con un último verso tan fácil de rimar que cada cual lo modifica según le convenga, 

¿Qué importa que Madrid tenga

el Retiro y la Gran Vía,

si Huelva tiene el Conquero,

la playa de Punta Umbría

y el fandanguillo choquero?

Arcadio Menguiano Pérez, de Perrunal, con el pseudónimo “Amén”, obtuvo mención honorífica;  desde entonces, se canta en cada romería de San Benito y jamás envejece:

Por un fandango cantar

a un cerreño procesaron;

pero en el juicio oral

volvió a cantar el fandango

y le absolvió el tribunal.

Las letras que ‘calan’ se las apropia el pueblo y las hace suyas. Como dijo Manuel Machado, “Hasta que el pueblo las canta / las coplas, coplas no son,/ y cuando las canta el pueblo / ya nadie sabe el autor”…, sobre todo cuando se ‘arreglan’ a voluntad.

Esta de “Oreja Jalo” [3]

Letra con seudónimo. Letra con seudónimo.

Letra con seudónimo.

la convirtió Paco Toronjo en

¿Qué curpita tengo yo

de no saber el fandango?

Yo nací en Almendralejo,

provincia de Badajoz.

¿Por qué nací yo tan lejos?

Una lírica y preciosa que cantó y grabó Pepe  Marchena  en 1925 y Rocío Márquez en 2015 evocando la figura del maestro:

Me dormí bajo la sombra

de un arbolillo frutal.

Soñé que contigo hablaba

y era una alondra real

que en la ribera cantaba.

En sus discos de 1929, Antonio Rengel grabó sendas letras que aparecieron también en esta obra colectiva. Una está firmada por “Charles”:

El caballo me mataron

al atravesar la Sierra,

cargado de contrabando.

Fue vida que cayó a tierra

cuando gloria iba ganando

Y otra por “Diógenes”:

Rama que estorba a un árbol

se tira a tierra de un tajo.

Tu amor no me convenía

y yo lo arranqué de cuajo

porque vi que me perdía.

Una más -podríamos hacer la lista interminable-, cantada por Eduardo Hernández Garrocho , firmada por N.H.T., que dice:

Fandango en que no se nombre

A la mujer o al caballo;

Desengañarse, señores,

Ni es de Huelva ni es fandango.

Valga esta breve e incompleta reseña para recordar y homenajear una iniciativa de nuestra prensa que todavía continúa siendo caudal fecundo de letras para el cante por Huelva.

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